Música

Paco Cuenca resucita a Brel

El cantante de origen francés ofrece un concierto en el Teatro de la Estación con Pedro Gan y Coco Balasch, en homenaje al gran cantante.

Paco Cuenca
Paco Cuenca resucita a Brel
ARCHIVO HA

"Poco o nada se sabe del Jacques Brel compositor, el de la fuerza punzante, a veces hiriente, de las historias de amor y amistad que cuenta como pocos o el de la muerte, siempre presente. Con estos ingredientes elaboró elocuentes obras en miniatura con introducción, nudo y desenlace, contadas en menos de tres minutos. Y poco o nada se sabe del Jacques Brel intérprete, el volcán, el histrión, el actor capaz de rellenar sin economía de gestos o muecas un escenario entero con su sola presencia. Su entrega al público, que fue total, sin condiciones, desde la angustia enfermiza que precedía cada concierto hasta el agotamiento al bajar del escenario, merecía un homenaje". 


Así habla el cantante Jean Francçois Cuenca, Paco Cuenca (París, 1961), que presenta hoy en el Teatro de la Estación el concierto 'Tributo: Jacques Brel à l'Olympia', en compañía del pianista Pedro Gan y del contrabajista Coco Balasch. Una función que reproduce los tres conciertos de 1961, 1964 y 1966 que el músico belga interpretó en la legendaria sala de París.


La fascinación de Paco Cuenca por Jacques Brel arranca de cuanto tenía tres o catorce años: entonces cayó en sus manos el vinilo de Brel en el Olimpia de 1961, y fue algo más que una revelación. Explica el compositor e intérprete: “Algunos amigos de mi edad adoraban a Los Beatles; otros, algo mayores que yo, seguían a Elvis Presley, pero aquel disco me produjo una honda emoción. Lo descubrí en París. Una canción como 'Ne me quitte pas' me pareció fulgurante, de una belleza increíble”.


Nieto de emigrantes e hijo de militante del Partido Comunista de España, Paco Cuenca se trasladaría a Zaragoza y aquí, poco a poco, iría construyendo su carrera. Grabó varios discos en castellano, ofreció muchos recitales, y en 2000 le sugirieron que hiciera un disco con las canciones más conocidas de los cantantes franceses. Con su inseparable Balasch y Chema Callejero al piano, grabó temas del propio Brel, Georges Brassens, Claude Nougaro, Charles Trenet, Charles Aznavour, Leo Ferré, Yves Montand o Georges Moustaki, entre otros. Ha viajado por todo España y enamoró a francófonos y francófilos, “que hay muchos en todo el país y son un público fiel, de referencia, apasionado. Son auténticos militantes”. El concierto de Brel es una consecuencia de este proyecto.


Añade Paco Cuenca: “Brel tiene una gran fuerza literaria. Tiene una profundidad que conmueve, una melancolía especial, desgarro y oscuridad. Sabe cómo hacer canciones que funcionen, con mucho ritmo, al fin y al cabo fue cantante de variedades. Hace baladas y canciones rítmicas, y logró un enorme éxito. Y de repente decidió dejarlo todo”. Jacques Brel se marchó a la Polinesia y allí condujo un aerotaxi y coches para turistas.


Nacido en Bruselas en 1929, murió en París en 1978, a los 49 años de edad. En la banda sonora de la vida de mucha gente, dejaba canciones maravillosas: la citada 'Ne me quitte pas' ('No me dejes', elegida varias veces como la más hermosa canción de amor de todos los tiempos), canciones a sus ciudades Bruselas, Ámsterdam, Brujas o París, canciones a sus amadas, como 'Madeleine', “un preciosa historia de amor cotidiano”, o a 'Los viejos'. “'Los viejos' es una canción conmovedora: la escribió muy joven, y cuánto, cuánto sabía de la ancianidad, de la soledad, de la vulnerabilidad del corazón humano”.



['Tributo: Jacques Brel à l'Olympia'. Paco Cuenca (voz), Coco Balasch (contrabajo) y Pedro Gan (Piano). Miércoles,12 de junio, a las 20.30. Teatro de la Estación.]