Cultura

Paco Pons: "Aragón tiene excelentes librerías"

Francisco Pons encarna al librero especializado que ama su oficio. Recibe este viernes el premio a la 'Trayectoria profesional en el sector del libro de Aragón'; acaba de jubilarse. Su hijo Juancho recoge su testigo.

Paco Pons acompañado por sus nietos
"Aragón tiene excelentes librerías"

¿Cuál es su primera imagen de una librería?

Era el lugar en el que trabajaban mis padres y yo iba a revolver -al principio, con cuatro años- y luego a leer cuentos y libros de Salgari y demás aventuras.


¿Cómo veía a su padre librero, qué le decía?

Lo veía muy sabio y a menudo preocupado porque las ventas iban flojas en los primeros años. Mi madre, también librera, era mucho más cercana, en todo…


¿Cuál ha sido su relación con los libros? ¿Era un niño lector?

No he sido un niño lector solamente, sino un devorador de libros desde que era un chiquillo. Me sentí feliz cuando descubrí que leyendo podía viajar por todo el mundo y en todas las épocas. Cuidaba mucho los libros que leía y tengo todavía conmigo el primer libro que me regaló mi padre, a la edad de seis años. Eran las 'Memorias de un asno' de la Condesa de Segur.


¿Qué relación existía, en los 60 y 70, entre libreros y escritores?

Mi padre era un hombre culto, con el que disfrutaban muchos autores y profesores, simplemente charlando sobre cualquier tema. Era amigo de personajes como José Manuel. Blecua, Ildefonso-Manuel Gil, Manuel Alvar... Se escribía con Ramón J. Sender, etc. En el año 1961 me incorporé a la librería, pues mi padre cayó gravemente enfermo. Al principio, veía a los escritores y a los profesores que visitaban la librería como quien admira las estrellas. Luego, con su amabilidad, descubrí que eran personas cercanas, que me trataban con afecto y respeto, a pesar de mi juventud.


¿Cómo se planteaba su trabajo, qué tipo de relación establecía con el cliente?

Desde mis primeros pasos en la librería, me di cuenta de que debía desarrollar mi propia visión: especializada, con una incesante búsqueda de la calidad del servicio, aunque ello implicase seguir siendo una pequeña empresa. Tuve muy claro que los importantes en una librería son los libros y los lectores. Los libreros somos únicamente el vínculo que los aproxima.


Ha viajado mucho por el mundo difundiendo el libro. ¿Qué pasaba?

Había que visitar todas las bibliotecas, archivos y universidades de España y proponerles que hicieran un pedido de prueba a una librería de Zaragoza que quizás les diese un buen servicio… Visité también varios países, en busca de pequeñas editoriales de alto nivel académico, para invitarles a que confiasen en una librería veterana, gestionada por un joven matrimonio de libreros. Tuve mucha suerte, pues bastantes editoriales extranjeras se abrieron camino en España, de la mano de la librería zaragozana. Pude hacerlo porque mi mujer, también librera, quedaba al frente de la librería, mientras yo estaba abriendo mercados. He visitado casi treinta años seguidos las ferias internacionales, especialmente la 'Buchmesse', de Frankfurt.


Zaragoza y el libro. Sé que sería un tratado inacabable, pero ¿qué le sugiere ese binomio?

Sería tan largo que me limitaré a decir que Zaragoza, mejor dicho, Aragón, tiene unas excelentes librerías, tanto en cuanto al número, en relación con su importancia económica, como a la excelente calidad profesional de sus librerías. Ello sucede desde el año 1573, en que se comenzó a documentar la vida de las librerías zaragozanas. Un solo detalle: En España se han concedido catorce premios nacionales de 'librería cultural'. Tres de ellos han sido entregados en librerías aragonesas: Cálamo, Anónima y Los Portadores de Sueños. Un librero zaragozano es actualmente el delegado de las librerías españolas ante la Federación Europea e Internacional de Librerías. Eso no es fruto de un nombramiento casual, sino de una elección unánime de las presidencias de todos los gremios de libreros españoles. Esto ha sucedido ya anteriormente en dos ocasiones, con libreros aragoneses.


¿Quién era su modelo de librero?

Varios modelos: Mi padre (Paco Pons, 1909 – 1969) + mi tío Marcial Pons, fallecido en 2011, + Hans P. Kraus, librero neoyorkino, de origen austriaco, y ya en los tiempos remotos, el flamenco, de origen francés, Cristophe Plantin (siglo XVI)


¿Cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido?

El lema de Plantin, precisamente (Labore et constantia) al que yo le añado una tercera palabra: Honestidad.


De manera elemental, ¿en qué ha cambiado este mundo del libro?

En el ritmo de vida y en la presencia de las tecnologías. Por lo demás, cada generación tiene sus propias virtudes, con respecto a las anteriores.


¿Cómo explicaría la crisis específica de las librerías?

No creo que haya una crisis propia de las librerías, sino una crisis en la sociedad. Las librerías forman parte de esa sociedad y un menor poder adquisitivo de las familias incide en la compra de libros. Quiero creer que seguirán leyendo mucho, a través de las bibliotecas.


¿Dos o tres anécdotas inolvidables?

Hay un libro, escrito por Camilo José Cela y publicado por el artista grabador zaragozano, Borja de Pedro Izuzquiza, del que renegaba su autor, presuntamente influido por su segunda esposa, Marina Castaño. Se titula 'Reloj de Arena, Reloj de Sol, Reloj de Sangre' y es una obra única, singular e irrepetible. Cada uno de los doscientos ejemplares numerados que se imprimieron lleva las firmas autógrafas del autor -Cela- y del artista que hizo las maravillosas ilustraciones, en grabados calcográficos, Borja de Pedro. Todavía hay ejemplares en el mercado y yo conozco dónde se encuentran, a pesar de los recelos de quién querría que no existiesen. Se trata de una prosa poética, cargada de erotismo directo y a veces algo soez.


No está mal. ¿Alguna otra anécdota?

Otra anécdota curiosa podría ser cuando me confundieron con un espía de la Alemania del Este, en una institución académica de Argelia, a la que fui a visitar para ofrecerles mis servicios, de suministro de colecciones de revistas académicas, por encargo de una empresa alemana, de Baviera. Estaban esperando para esos días al 'alemán del Este' y les visitó un zaragozano… El malentendido que se produjo resultó divertido, aunque entonces pasé un ratito algo complicado.


Estamos en la Feria del Libro. ¿Cuáles sería tus tres o cuatro libros de cabecera?

Alguno de poesía de José Hierro o de alguno de los poetas de la Generación del 27; cuando estoy cansado una buena novela negra. De vez en cuando releo libros 'casi-profesionales', relacionados con la Historia del Libro y las Bibliotecas.



Este viernes, a las 18.00 en Capitanía, el sello Jekyll & Jill recibe el premio al 'Libro mejor editado de Aragón' por 'Del enebro'. Paco Pons, el de la 'Trayectoria profesional en el sector del libro de Aragón'