Presenta nuevo disco

Falete: "Mi arte y mi música no morirán nunca"

"La vida es renovarse o morir y yo no voy a morir nunca. Morirá mi cuerpo, pero mi arte y mi música no", ha afirmado este martes en Madrid.

Falete publica un disco con el compositor argentino Víctor Manuel.
Falete: "Mi arte no morirá nunca"
EFE

Rafael Ojeda 'Falete' está radiante de orgullo con su quinto disco de estudio, que se publica este martes bajo un nuevo estilo, nueva compañía (EMI) y el título de 'Sin censura', actitud de la que ha hecho gala siempre, también en su entrevista, cuando vaticina que su arte le sobrevivirá.


"La vida es renovarse o morir y yo no voy a morir nunca. Morirá mi cuerpo, pero mi arte y mi música no", ha afirmado Falete (Sevilla, 1978) hoy en Madrid.


Casi cuatro años han pasado desde '¿Quién te crees tú?' (2008) esperando que llegase alguien "que mereciese la pena por sus composiciones". Ese alguien fue el compositor argentino Víctor Daniel, autor del célebre 'La vida es un carnaval' de Celia Cruz.


"Fue él quien llamó a mi oficina diciendo que me había visto a través del Canal Internacional y que tenía muchas ganas de escribir para mí. En mi anterior disco hicimos tres temas juntos y decidimos que lo próximo tendría que ser un disco entero", explica Falete.


El resultado son "trajes" hechos a la medida del sevillano, reproduciendo sin querer aquellas palabras de Raphael en las que el intérprete de 'Yo soy aquel' se refirió a Manuel Alejandro, su compositor fetiche, como su "mejor sastre".


"No sé si Víctor Daniel será el compositor más importante de mi vida, pero me siento muy a gusto cantando sus canciones y ha sido capaz de sacar de mí lo que otros no han podido", destaca.


Su disco "menos flamenco"


Aquí no hay bulerías, ni flamenco, ni rumbas ni coplas. Este es, subraya, su disco "menos flamenco" en busca de ropajes nuevos e inéditos a base de boleros, rancheras y canción melódica, todo con un exhuberante envoltorio sinfónico.


Él se dice el primer sorprendido por el resultado, ya que para grabar las tomas definitivas de su voz bastaron y sobraron las pruebas que hizo en Miami para coger tonos con el simple acompañamiento de un piano. "Grabé el disco en unas once horas", revela con cierto fondo de orgullo.


A pesar de la novedad, el disco lleva su sello inconfundible, cantando al desamor. "Aquí también le canto al amor, cosa curiosa porque yo eso lo había hecho muy pocas veces", precisa, antes de reconocer que se mueve como pez en el agua cuando su música se convierte en reproche.


"Las mayores composiciones musicales no son de amor, sino de desamor y desgarro y a mí eso me gusta mucho, no porque me identifique con ello, ya que yo soy feliz afortunadamente, sino porque son más pasionales y sentidas", explica.


Sobre el título del disco, asegura que no sabe lo que es la censura, ni ajena ni propia. "Afortunadamente, en mi vida he hecho todo lo que me ha apetecido y lo voy a seguir haciendo", afirma este ambiguo artista, que canta sin pudor sobre temas como el sexo.


"No sé lo que es el pudor, sé lo que es el respeto", precisa.


Esa desinhibición contrasta con la moderación y el recato propios de la cultura japonesa que asume -al menos estéticamente- en la portada del álbum, al aparecer caracterizado como "una mezcla entre un samurái y Madame Butterfly".


Sonríe al decirle que este podría ser el disco que sume grandes temas nuevos a su repertorio y reconoce que pese a haber publicado varios discos de temas inéditos, mucha gente sigue reconociéndole más por sus versiones de otros artistas.


"Y voy a seguir haciéndolas toda mi vida, porque me encanta coger los temas grandes de otros y hacerlos a mi manera", asegura.