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El Pilar, con los ojos de un oscense

El escritor y fotógrafo José María Fuixench se ha adentrado en su último libro en los secretos de la basílica aragonesa.

El autor, José María Fuixench,  con su libro sobre la Basílica del Pilar
El autor, José María Fuixench, con su libro sobre la Basílica del Pilar
JAVIER SANCHEZ

La basílica del Pilar ya no tiene secretos para él: ha visitado cada rincón, investigado cada obra de arte, encendido cada interruptor y rastreado cada pista oculta. El autor oscense José María Fuixench, responsable además de la editorial Kapitel, ha añadido un nuevo título a su serie de libros dedicada a monumentos destacados, tanto de dentro como fuera de la comunidad autónoma, atreviéndose con, como el mismo dice, "el más emblemático de Aragón". La experiencia, asegura, ha sido "todo un reto". “La verdad es que el Pilar causa respeto, pero puedo decir que he realizado un trabajo a conciencia con el respaldo del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, que ha supervisado cada parte de la investigación para verificar que todos los datos sean correctos”, asegura el autor.


Consciente de que se han publicado ya con anterioridad un importante número de volúmenes dedicados a la basílica, Fuixench ha intentado que su principal aportación resida en tratar de acercar al lector al punto de vista del arquitecto Ventura Rodríguez. “Para mí era una de las partes más desconocidas del templo. Rodríguez estructuró la Santa Capilla, el corazón del templo, con una serie de condicionantes: no podía mover la Santa Columna de su sitio y contaba además con unas pilastras justo detrás. Estaba muy limitado a la hora de realizar la distribución, pero supo hacerlo de forma magistral", relata el escritor oscense. De esta forma, anima a los visitantes a que no focalicen su atención solamente en la parte frontal, donde se encuentra la imagen de la Pilarica, sino en el conjunto del templete que, como mantiene, "es uno de los ejemplos de Barroco más importantes de España".


De capilla en capilla

Durante la búsqueda de información para este volumen, también han surgido los descubrimientos, como la de un bajorrelieve que atañe directamente a los oscenses. “Se encuentra en la capilla de San Lorenzo y se conocía como 'La matanza de Sixto II'. Sin embargo, después de cotejar esta información con un estudio posterior, podemos decir que se trata en realidad del 'martirio del patrón de Huesca'", informa el escritor. Del mismo modo, llama también la atención sobre las diferentes capillas que conforman el interior del templo aragonés: “Son las grandes desconocidas y cada una tiene una singularidad, con una historia muy particular, obras de arte muy particulares y son un pequeño mundo dentro del Pilar”, comenta.


La parte fotográfica ha sido también cuidada de forma especial, para lo que ha contado con la colaboración del personal que cuida de la basílica, quienes, asegura, le han permitido trabajar "con total libertad, desconectando las alarmas y poniendo en marcha la iluminación siempre que era necesario”.


Además de haber tenido el privilegio de conocer de cerca las entrañas de esta emblemática basílica, Fuixench también se ha llevado consigo un importante legado emocional. “Cuando llegué, no me conocía nadie y ahora en cambio, todos me saludan, desde los guardas al último sacristán”, afirma Fuixench con cariño. Además de percibir, junto a la expectación que genera el templo entre los turistas y visitantes, “una parte emocional muy fuerte, muy arraigada en los aragoneses”. Fuixench ha escrito ya con anterioridad sobre monumentos como el castillo de Javier, en Navarra, el monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca o el santuario de Nuestra Señora de la Esperanza, en Calasparra (Murcia).