Cine

Bésame mucho

Inolvidables, robados, apasionados, envenenados, de tornillo, infinitos, tiernos... el séptimo arte es una escuela para dar besos de cine.

'Desayuno con diamantes'
Bésame mucho

Dicen que uno lo cura todo, pero no siempre es así. Hay besos que es mejor no recibir, como los de la mafia o el de judas. Sin embargo, la historia del cine nos ofrece todo un catálogo de cómo "tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia", según la Real Academia de la Lengua Española.


Diez de estas demostraciones permanecen en la memoria colectiva, aunque sin duda hay cientos de besos, besos para todos los gustos que han emocionado a generaciones de espectadores. 


El primero de ellos, y muy apropiado para estos días de verano, es el de la película 'De aquí a la eternidad' (1953), en la mítica escena con Deborah Kerr y Burt Lancaster en la playa de Halona Cove, en Hawái. El filme se rodó en poco más de un mes, y la censura en España tuvo que emplearse a fondo para encubrir la trama de adulterio que presentaba el filme.


Otro de los mejores ósculos pasados por agua es el de Audrey Hepburn y George Peppard en 'Desayuno con diamantes' (1961), con Gato incluido.


El calor aprieta y besarse al sol tiene que ser doloroso, más aún si dos amantes se acaban de disparar, como en el western 'Duelo al sol' (1946), con Jennifer Jones y Gregory Peck. Hay amores que matan.


En 'Lo que el viento se llevó' (1939), los personajes de Scarlett O'Harra (Vivian Leigh) y Rhett Butler (Clark Gable) vivieron en una intensa relación de amor y desamor. En su día fueron los besos más caros de la historia del cine.


Ingrid Bergman y Cary Grant, se dieron sugerentes besos en 'Encadenados' (1946) en una sucesión de arrumacos bajo la atenta miada de Alfred Hitchcock.


John Ford regresó a su Irlanda natal para narrar el regreso al hogar de Sean Thornton, el personaje interpretado por John Wayne en 'El hombre tranquilo' (1952). Nadie era tan zafio como él a la hora de besar, pero en esta ocasión se las tuvo que ver con Maureen O'Hara, cuyo personaje no se dejaba corresponder tan fácilmente.


Y del más allá, uno de los más recordados es el de Demi Moore y Patrick Swayze en 'Ghost' (1990). El más lacrimógeno del cine de los 90.


Otro filme de esa década fue 'Drácula de Bram Stoker' (1992), cuya historia de amor entre Drácula (Gary Oldman) y Mina (Wynona Ryder) defiende, pese al trágico final,l que el amor nunca muere.


Para besazo largo, el del filme 'Kids in America' (2005), que en sus créditos finales presenta el que tal vez es el beso más largo hasta la fecha con seis minutos de duración.


Y los más tierno, y de los más bonitos del cine de todos los tiempos son los que por fin se dan Amélie Poulain y Nino Quincampoix en el filme de Jean Perre Jeunet 'Amélie' (2001).


Aunque los mejores besos, sin duda, son los que se dan tras una sesión de cine. Esos que no aparecen en la gran pantalla pero son de película.