Robo del Códice Calixtino

El archivero de la catedral: "Es totalmente imposible" garantizar la seguridad

"La protección es muy cara, pero necesaria, hay que hacerla, y aquí tenemos una empresa que cuesta un dinero", ha dicho Segundo Leonardo Pérez López.

Aparece en un garaje el Códice Calixtino
Aparece en un garaje el Códice Calixtino
EFE

El archivero de la Catedral, Segundo Leonardo Pérez López, ha dicho este jueves que "es imposible garantizar la seguridad aunque se pague un auténtico pastizal, es totalmente imposible, hablemos claro".


"La protección es muy cara, pero necesaria, hay que hacerla, y aquí tenemos una empresa que cuesta un dinero", ha dicho, pero "aún así no se puede decir que no va a ocurrir nada, porque hay robos muy sonados en lugares donde había seguridad", ha dicho.


Este sacerdote, investigador y escritor fue designado nuevo archivero en sustitución del deán, José María Díaz, en noviembre de 2011, después de que el anterior responsable presentase su dimisión al arzobispo, Julián Barrio, tras la desaparición del Códice Calixtino el 5 de julio del año pasado.


Normalmente, a los estudiosos de este manuscrito del siglo XII se les entrega un CD, para trabajar en su investigación, pero en caso de "consulta de abreviaturas, por ejemplo, porque no es lo mismo González que Gonzalo" hay que acceder al documento, "que siempre se toca con guantes", ha explicado Pérez.


"Por eso ayer se trajo al reconocimiento envuelto en un paño", puntualizó.


Un especialista en la Edad Media del templo gallego, el mismo que hoy acudió a la Comisaría de Policía para reconocer más piezas supuestamente robadas por Manuel Fernández Castiñeiras, exempleado de la Catedral, acudió en julio de 2011 a la sala acorazada en la que se custodiaba este libro para resolver una duda de un investigador extranjero, han contado a Efe fuentes próximas al caso.


Después, el entonces archivero, el deán José María Díaz, le indicó a este empleado de la Catedral que "dejase las llaves" del búnker en el que se guardaba el Códice Calixtino "allí" apoyadas, y que solo cerrase el recinto, según las fuentes.

Solamente tres personas tenían acceso a esta habitación, y nadie sospechaba que el presunto autor material del robo hubiese hecho una copia de las llaves de la puerta de entrada.