Premios Goya 2012

Enrique González Macho, alias 'el Conciliador'

En un año en el que ha cambiado por completo el paisaje político, social y económico, se puede decir que la Academia del Cine Español ha mantenido las formas de un modo milagroso.

Enrique González Macho.
González Macho asume que el cine está en transición hacia internet
EFE

A principios de 2011 estaban las aguas de la Academia del Cine Español en plena efervescencia a causa de la Ley Sinde y su postura ante las descargas de internet, lo que trajo como consecuencia la salida en tromba del entonces presidente, Álex de la Iglesia, que se fue de allí con (o a por) viento fresco. En abril, la Academia eligió a su nuevo presidente, el productor, distribuidor y exhibidor Enrique González Macho, que llegó con sus dos manos a la vista, la izquierda y la derecha, y con la intención de respetar el modelo actual pero reconociendo que se le quedaba viejo entre sus dos manos.


Apoyar lo que había pero con la idea de que también había que apoyar a lo que estaba llegando..., con esa idea y con la de que el cine español tenía que reencontrarse de nuevo con su público natural, es decir, el español, González Macho ha afrontado su primer año al frente de la Academia, aparentemente tranquilo pero profundamente convulso.


En un año en el que ha cambiado por completo el paisaje político, social y económico, se puede decir que la Academia del Cine Español ha mantenido las formas de un modo milagroso y se ha alejado con discreción de esas notas tendenciosas que la alejaron en otras épocas de gran parte del público; hasta el punto de que se puede decir que su decisión más polémica ha sido este año la de hacer una normativa por la cual no pudieran recibir el premio Goya los menores de 16 años.


Pero son precisamente estos premios Goya y su gala de entrega anual quienes se convierten en el auténtico termómetro del estado actual del cine español, y muy especialmente de la Academia que los otorga. Es la ocasión en la que se escenifica la proximidad o lejanía del público con la situación del cine, y ante esa gran ocasión nos encontramos justo ahora. Y según adelantó su presidente, se pretende una ceremonia austera, que se celebrará en el Palacio Municipal de Congresos (se desistió finalmente de un marco gigantesco y más caro, como el Palacio de los Deportes) y con sus mejores, pero más asequibles, galas.


La voluntad de "despolitizar" la Academia de su décimo tercer presidente se ha ido fraguando durante estos últimos meses de una forma natural, y que se podría visualizar con el ejemplo de la presencia, hace unos días, de Enrique González Macho en la ceremonia de entrega de los Premios Gaudí de la Academia catalana del cine.


También mantuvo una actuación equilibrada cuando sonaron las alarmas en el mundo del cine ante la llegada del PP al poder, y en contra de otras declaraciones más pesimistas, dijo que el cambio de Gobierno no tenía porqué significar una catástrofe para el cine. Y no solo se ha mostrado pendiente de los grandes retos de futuro de la Academia, sino también de sus pequeños retos de presente, como esa asignatura pendiente de que vuelva José Luis Garci a su seno, que decidió abandonarla hace años empujado por maquinaciones e insidias internas. Una aclaración pública de aquellas insidias, sería el comienzo de una buena amistad.