NUEVAS EDICIONES

Cómics, regalos de Reyes

La editorial La Cúpula ha reeditado en un lujoso volumen de tapa dura las aventuras que a mediados de los años ochenta un transgresor Max creó para la mítica publicación 'El Víbora'.

Peter Pank
Cómics, regalos de Reyes

Hay cómics más oscuros que el carbón, viñetas llenas de mugre y mala leche, como el integral del 'Peter Pank' de Max, regalo ideal para quienes no han cumplido sus buenos propósitos, mientras que para los lectores más cándidos, Pardina y Tognola ofrecen 'Me gusta la tele', una oda al omnipresente aparato.


La editorial La Cúpula ha reeditado en un lujoso volumen de tapa dura las aventuras que a mediados de los años ochenta un transgresor Max creó para la mítica publicación 'El Víbora', tomando como referencia el personaje J. M. Barrie que Disney convirtió en los años cincuenta en un pastel de fácil digestión para toda la familia.


El resultado de aquel cruce es conocido por todos los aficionados del cómic 'underground' español: Peter Pank, personaje grosero y amoral, violento, totalmente irreverente y cuyo perfil se plasmó en camisetas que llevaron miles de adolescentes que un cuarto de siglo después y ya cuarentones pueden disfrutar de las tres historias que incluye el volumen (junto a 'El licantropunk' y 'Pankdinista').


'Sex report. Diario de un putero en Japón',

También para quienes se decantan por el lado 'oscuro' y la temática menos navideña y 'blanca' de las viñetas, Glénat acaba de publicar en castellano 'Sex report. Diario de un putero en Japón', de Hiromi Hiraguchi.


Si el título no es lo suficientemente explícito, añadir que se trata de una crónica, sin censura, al submundo del negocio del sexo tokiota de la mano del propio autor, un periodista gonzo, actor porno y dibujante de manga, en una combinación que, más allá de posibles licencias, invenciones o exageraciones del narrador, le permite acercarse sin remilgos a una realidad social que él exhibe entre lo naif y lo inequívocamente sórdido.


Ejercicio de metalenguaje en un punto en el que confluyen cómic y literatura, 'La Ruta de Joyce' (Astiberri) es un cuaderno de viaje que el historietista asturiano Alfonso Zampico realizó para documentarse, investigar y tomar exteriores en Dublín, Trieste, París y Zúrich, las cuatro ciudades más importantes para el autor de 'Ulyses' y que sirvieron a Zampico para sacar adelante su anterior novela gráfica: 'Dublinés'.


Sin salirnos del marco transliterario, el premiado ilustrador valenciano Paco Roca ('El invierno del dibujante') se sumerge en el inquietante mundo de Franz Kafka y lo hace adentrándose en algunos de sus relatos más inquietantes, para los que ha dibujado unos ambientes opresivos, especialmente los creados para 'La metamorfosis' (Astiberri) que da título al volumen.


Si el apellido de aquel oficinista y escritor judío nacido en Praga dio origen a un adjetivo que sirve para definir la angustia de lo cotidiano, este podría aplicarse a la 'Aventuras de un oficinista japonés' (Bang Ediciones) de José Domingo, la particular odisea muda de un gris empleadillo por volver a su casa tras la jornada laboral.


Como si de un videojuego de inacabables niveles se tratara, el oficinista demuestra que se puede afrontar la normalidad adentrándose en una realidad poblada de detalles, de personajes y objetos semiocultos en segundo plano, que obligan al lector a escrutar las viñetas para intentar entender si estamos ante un viaje lisérgico, o es que simplemente es lunes en la cabeza del hombrecillo.


Y en un giro que se aleja radicalmente del estilo anterior, aunque no del concepto de alienación, el guionista Ramón Pardina y el dibujante Martín Tognola han publicado con el apoyo de Glénat y El Terrat Presenta 'Me gusta la tele' (de la colección Me gusta).


Se trata de un ligero divertimento -con prólogo de Berto Romero- en donde, entre otros asuntos, se conjetura sobre qué fue de Heidi (una cuarentona y amargada viviendo todavía con el abuelo) o Oliver y Benji (el primero jugador del Móstoles y el otro portero de discoteca de extrarradio), pero también sirve para conocer las diferencias de hombres y mujeres ante la tele, o comprobar que se puede tener una discusión de pareja con frases sacadas de la pantalla (plana).