cine

Paula Ortiz debuta como directora en la Seminci

La aragonesa, Paula Ortiz, ha presentado en la Seminci su primer largometraje: 'De tu ventana a la mía', un canto a la esperanza de la plena liberación de la mujer, con el recuerdo de las sucesivas generaciones de luchadoras en la España del siglo XX.

Maribel Verdú junto a la aragonesa Paula Ortíz
Paula Ortiz debuta como directora en la Seminci
EFE

El nacimiento de una nueva directora española, la aragonesa Paula Ortiz, y el envite a la grande del belga Geoffrey con su emotivo y lacerante 'Hasta la vista', han centrado la última jornada de proyecciones a concurso del 56 Festival de Valladolid, que mañana se clausura con el palmarés.


Un canto a la esperanza de la plena liberación de la mujer, con el recuerdo de las sucesivas generaciones de luchadoras en la España del siglo XX, ha entonado Paula Ortiz en "De tu ventana a la mía", su primer largometraje.


Maribel Verdú, Leticia Dolera y Luisa Gavasa interpretan a otras tantas "heroínas" de la España del primer tercio del siglo XX, la posguerra civil y el año de la muerte de Franco, las épocas en las que Ortiz (Zaragoza, 1979) ha situado los relatos que ha filmado de forma independiente y proyectado de manera alternativa.


"De tu ventana a la mía" es un 'collage' de historias que hablan de la superación de mujeres que, a pesar de las dificultades de sus circunstancias sociales y políticas, repiten aquello de "¿Quién dijo que está todo perdido?", al igual que la banda sonora que acompaña a la película.


Las protagonista de la primera etapa -años veinte- es Violeta (Leticia Dolera), una adolescente que vive en Canfranc sobreprotegida por sus tíos y que en el momento en que se asoma a la realidad recibe un golpe emocional del que consigue sobreponerse.


La segunda, con Maribel Verdú en el papel de esposa de un represaliado por la guerra, corresponde a los años cuarenta en un pequeño pueblo de la comarca zaragozana de las Cinco Villas, cuyo desolador paisaje es una metáfora del "yermo que entonces era España, política y socialmente", ha explicado la directora en una rueda informativa.


La Transición democrática aparece en la cinta de la mano de Luisa (Luisa Gavasa), una mujer que ha vivido siempre encerrada y decide atreverse a vivir y a descubrir el amor en el momento en el que la diagnostican cáncer de mama.


Todas ellas son "ecos del pasado", ha detallado la directora, ya que representan a muchas mujeres más que merecían ser homenajeadas.

'Hasta la vista' de Geoffrey Enthoven

Por su parte, el belga Geoffrey Enthoven se ha descolgado con una emotiva y coherente película ("Hasta la vista"), muy aplaudida al término de la proyección, que cuenta las peripecias de tres belgas veinteañeros, dos de ellos condenados a una silla de ruedas y el otro limitado por una deficiencia visual aguda, que deciden liberarse de sus ataduras por unos días.


Unidos por la amistad, su común afición por la enología, su espíritu de superación y la inexperiencia en el mundo del sexo, traman a espaldas de sus padres un viaje a la costa española para estrenarse en un burdel especialmente prescrito para minusválidos físicos.


El viaje, en contra de lo previsto, se convierte en una experiencia de reflexión, de encuentro interior y de verdadero conocimiento entre ellos hasta el punto de modificar en parte e importar menos el objetivo final de la escapada.


Ha concursado también "Circumstance", de la directora de origen iraní Maryam Keshavarz, una coproducción entre Estados Unidos, Irán, Líbano y Francia, ambientada en Teherán y que constituye un SOS en forma de celuloide para recordar que los jóvenes de su país anhelan una forma libre de ser y expresarse que es perseguida y reprimida sin contemplaciones por un estado totalitario.


Se sirve para ello de dos jóvenes amigas que comparten una desinhibida historia de amor, una común pasión por la música de occidente y una forma distinta de encarar la vida que choca frontalmente con los preceptos islámicos donde la mujer está sometida al control de su padre y, en su caso, de su marido.


Sexo lésbico u homosexual, drogas y noches de fiestas arrebatadas a ritmo de rap es el cuadro que la realizadora contrapone al sometimiento religioso y principios fundamentalistas mantenidos con la represora actuación de la policía moral.


Los tentáculos de la represión no sólo anidan en las proclamas de los líderes políticos o espirituales, sino que también se extiende forma asfixiante hasta en los hogares a través de los propios miembros de la familia.