¿Es posible reírse de la crisis con la que está cayéndonos encima? La compañía burgalesa Cal y Canto Teatro, al menos, consigue arrancar un buen puñado de carcajadas con su comedia musical 'Despido improcedente', que desde hoy y hasta el domingo representa en el Teatro del Mercado de Zaragoza.

Eso sí, para lograrlo ha optado por mirar al pasado y recuperar otra época de desasosiego económico. La historia, dirigida por Pep Vila (Els Joglars) transcurre en 1975, año en el que el propietario de un negocio familiar de cartones y embajales venido a menos, Don Dionisio, se ve obligado a vender la vieja fábrica a un inversor alemán. El cierre planea sobre el negocio y los empleados se revelan.

"Cuando planteamos la obra en 2009 queríamos hablar ya de la crisis económica, de la relación entre empresarios y trabajadores y de cómo han cambiado las ideologías políticas de la gente", explica Ana Ortega, una de las actrices. "En los años 70 también se vivió una crisis fuerte y conseguimos salir, hay que ser positivos y tirar para adelante", concluye.

Sobre el escenario cuatro personajes: Don Dionisio (Fernando Ballesteros); Clara (Alicia Benito), como el prototipo de secretaria entregada al jefe que acaba rompiendo moldes; Ramón (Fran de Benito), el sindicalista y Olga (Ana Ortega), una cándida mujer de las juventudes católicas obreras que hace de una guitarra su principal arma. El espectador de cierta edad también reconocerá los temas musicales como 'Secretaria' de Mocedades y canciones sindicalistas adaptadas.

'Despido improcedente' se estrena hoy a las 20.30, mañana habrá sesiones a las 18.30 y 21.30 y el domingo a las 18.30. El precio de la entrada es de 12 euros (8 para Amigos del Teatro).

'La hora Imperio' en Andorra

El día va de comedias musicales, porque en el Espacio Escénico de la Casa de Cultura de Andorra desembarca hoy (20.30) la compañía Tornabis con 'La hora Imperio', programada por la Red Aragonesa de Espacios Escénicos dentro de la XVIII Muestra de Teatro de Andorra.

Cuenta el final inesperado de la Gran Orquesta Imperio. Antonio, el dueño, sufre la deserción de casi todos sus músicos, quedando solos frente al público con Benigno, cantante, y Carmelo, el pianista. Así, a los tres profesionales no les queda otro remedio que reinventarse a sí mismos.