ESTRENOS

El alien y los frikis

Paul y Simon Pegg
El alien y los frikis
UNIVERSAL

Los misterios que esconde el Área 51 han dado lugar a leyendas urbanas sobre la llegada de extraterrestres a Estados Unidos, además de hipotéticas conspiraciones gubernamentales para ocultar lo que ocurrió. Después de homenajear (y parodiar) el cine de terror y el de acción (el filme de culto ‘Zombis party’ y ‘Arma fatal’), los británicos Simon Pegg y Nick Frost hacen lo propio con la ciencia ficción en la comedia gamberra ‘Paul’.


Pegg y Frost, también autores del guión, encarnan a dos ‘frikis’ obsesionados con el hecho de que, citando la famosa frase de ‘Expediente X’, “la verdad está ahí fuera”. En un viaje de placer fanático por el Área 51, su sueño se hace realidad y se encuentran con Paul, un ‘alien’ cachondo y deslenguado que se ha escapado de una base militar estadounidense. No dudarán en ayudar a su nuevo amigo mientras les persiguen los federales. El largometraje, dirigido por Greg Mottola (‘Supersalidos’), es una ‘road movie’ plagada de gags destinados a aficionados a la nave del misterio y al inconfundible estilo del dúo protagonista. El reparto se completa con Jason Bateman y Sigourney Weaver. Santi Millán presta su voz al alienígena en el doblaje español.

Pingüinos de mascota

 

¿Quién no se ha imaginado alguna vez de niño (o de adulto) cómo sería vivir con un pingüino? ¿Y con seis? Eso es lo que le ocurre a Jim Carrey en ‘Los pingüinos del Sr. Poper’, inspirada en una novela infantil de los años 30. El cómico, célebre por sus muecas (aunque aquí se le ve con menos entusiasmo que de costumbre), es un empresario al que una herencia inesperada le ayuda a valorar las cosas realmente importantes, como la familia. Un mensaje habitual en las producciones de Hollywood destinadas a todos los públicos. El filme sigue líneas previsibles, pero resulta simpático por sus pingüinos (en ocasiones animados con efectos digitales). A los nostálgicos no les pasará desapercibida la presencia de Angela Lansbury. Dirige Mark Waters (‘Chicas malas’, ‘Ojalá fuera cierto’).

Brutalidad medieval

 

James Purefoy le ha cogido gusto al cine épico y de espadas de ambientación medieval. El actor protagoniza ‘Templario’, coproducción entre el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania en la que interpreta a un caballero atormentado que defiende un castillo del asedio del rey Juan I de Inglaterra (Paul Giamatti, en su versión histriónica). El director Jonathan English (responsable del subproducto ‘La leyenda del minotauro’, directo a DVD) emplea un montaje frenético en las secuencias de batallas para intentar ocultar la carencia de medios de la propuesta. ‘Templario’ es pura serie B, con lo bueno y lo malo que implica. Llama la atención su brutalidad y contenido sangriento. English no se corta ni un pelo. Entre los secundarios, destacan Brian Cox, Kate Mara y Derek Jacobi.

El otro

 

Los conflictos vecinales suponen una fuente inagotable de ideas. La argentina ‘El hombre de al lado’, rodada en 2009 por Mariano Cohn y Gastón Duprat, sorprendió en su país de origen y en los festivales en los que se exhibió, entre ellos Sundance. Muestra la tensión creciente entre un diseñador con aires de ‘gafapasta’ (Rafael Spregelburd) y su rudo vecino (Daniel Aráoz). El motivo, que el segundo quiere poner una ventana en su vivienda, lo que implica entrometerse en la intimidad del otro. La anécdota de esta obra de autor es que se filmó en la Casa Curutchet, la única diseñada por Le Corbusier en Latinoamérica.

Nostalgia a la italiana

 

Un canto a la vida. Paolo Virzì se guía por la nostalgia en ‘La prima cosa bella’, drama seleccionado por Italia para los premios Óscar. Un hombre resentido con su pasado recuerda su pintoresca infancia en la década de los 70, cuando su madre era una joven de extraordinaria belleza que dejaba sin aliento al género masculino. Lo que les ocurrió entonces propició que ahora se sienta dolido por la actitud de su madre.

Adaptarse a los cambios

 

Por último, el francés Philippe Claudel, director de la notable ‘Hace mucho que te quiero’, se pasa a la comedia con ‘Silencio de amor’. El protagonista es un italiano (Stefano Accorsi) que da clases de música en Estrasburgo y que debe hacerse a la idea de que su hija ya no es una niña y encima cargar con su hermano, un excéntrico anarquista que pide asilo político por no soportar a Berlusconi.