ZARAGOZA. El aragonés Alejandro Monserrat, guitarrista flamenco de primera fila nacional, reverdece este verano el proyecto que hermanase a su grupo hace año y medio con Al Baïda, un extraordinario cuarteto de músicos marroquíes. De aquella aventura, que se presentó con éxito en la ciudad de Casablanca y en Pirineos Sur, queda ahora un poso de muchos quilates: un cedé-deuvedé que se lanzará en Pirineos Sur el día 23 de este mes y un concierto que engalana hoy el programa de los Festivales del Ebro. En la Arboleda de Macanaz, Alejandro subirá al escenario junto a Nacho Estévez 'El Niño', compañero habitual sobre las tablas; Josué Barrés estará en la percusión y el rapero marroquí Mohamed Bahry volverá a poner la voz cantante.

Pura alquimia en el matraz

En este nuevo formato del proyecto hay varias novedades. Además del repertorio de 20 temas con el que se arrancó en su día, gestados principalmente por Monserrat, se incorporan varias canciones de Bahry, muy popular en Marruecos y un verdadero volcán escénico, como ha demostrado con esta iniciativa en España, Marruecos y Francia. Al Baïda (que significa 'blanco' en árabe) siempre tuvo en Barry a su hombre fuerte del lado africano, y su importancia en la actual formación es capital. Pero las novedades no se quedan aquí. Alejandro Monserrat combina ahora su desempeño guitarrero con el cante, para dar la réplica a Bahry.

¿A qué suena Al Baïda? A Muchas cosas. Base flamenca, sonidos tradicionales de Marruecos (como el gnawa o la onda andalusí), un poco de reggae y generosas dosis de rap. Pura dinamita. El invento se disfrutará próximamente en Madrid, Barcelona, Bilbao y varias ciudades españolas, en la gira de presentación de 'Miradas Cruzadas', el trabajo citado anteriormente, que se grabó en directo durante la gira del año pasado. En octubre, el cuarteto irá al festival Farah el Bhar de Alejandría (Egipto), en el que actuará dos noches, además de realizar talleres y colaboraciones con músicos egipcios.

En el texto de presentación del álbum, Luis Calvo -fundador y mentor de Pirineos Sur- aclara que este proyecto «parte de la tradición y ha conseguido sonoridades actuales. Es una apuesta atrevida y medida; para nada un pastiche, ni una fusión forzada». Unas frases que despejan toda duda acerca del espíritu de este proyecto y su espléndida materialización.