LITERATURA AMERICANA

La caja negra de Juan Gabriel Vásquez

El autor colombiano publica la novela con la que ganó el premio alfaguara 2011

Gabriel Vásquez también explica la caja negra del tráfico de drogas.
La caja negra de Juan Gabriel Vásquez

La caja negra de un avión, que es rescatada tras un accidente mortal, y también la caja negra de un país, Colombia, sometido por la violencia de los narcotraficantes. La caja negra de una relación amorosa y también la caja negra de un hombre que es asesinado en la calle. Juan Gabriel Vásquez explora todas esas cajas negras en ‘El ruido de las cosas al caer’. Como en ‘Los informantes’, el mejor de sus libros, los secretos tejen las vidas de los personajes.


En el avión que se accidenta viaja una estadounidense, Elaine Fritts: vuelve a Colombia, donde en los años 70 participó en los Cuerpos de Paz y tuvo una aventura amorosa con Ricardo Laverde de la que nació su hija, Maya. Ricardo Laverde espera con ansiedad la llegada de ese vuelo: ama a Elaine y quiere recomponer su vida con ella, pese a que tiempo atrás hizo todo lo posible por estropearla. Antonio Yammara es un joven profesor de Derecho, experto en la no culpabilidad de Hamlet por enajenación, que se ha amigado con Ricardo Laverde en los billares: espera el nacimiento de su hija, Leticia, que ha sido concebida por Aura, con la que mantiene una relación que sólo puede llamarse amor si se da a la palabra un sentido muy amplio.


El hombre asesinado en la calle es Ricardo Laverde y Antonio Yammara, que camina a su lado, resulta herido. Antonio Yammara vive desde ese momento obsesionado por Ricardo Laverde, y emprende una investigación para averiguar quién fue ese hombre, que ha hecho que su suerte cambie para siempre, definitivamente. En su búsqueda, dará con la primera caja negra, la del avión en el que viaja Elaine: una cinta de cassette basf donde están registradas las conversaciones de los pilotos, que empiezan con trivialidades y van aproximándose, mientras se alejan inexplicablemente de su destino, al espanto. Después de esa caja negra, Antonio Yammara irá encontrando el resto de las cajas negras, hasta llegar a la suya propia, que también es un registro grabado: las palabras de Aura en su contestador automático.


‘El ruido de las cosas al caer’ está lleno de esas simetrías, como las carambolas del juego del billar, al que tan aficionados son Antonio Yammara y Ricardo Laverde, en el que tres bolas tienen que chocar entre sí en un determinado orden, y tras haber tocado además las bandas, para que el juego tenga sentido. Por ejemplo, el abuelo de Ricardo Laverde es quien determina su futuro como aviador. Por ejemplo, Maya, la hija de Elaine y de Ricardo, ha visitado el antiguo zoológico del narcotraficante Pablo Escobar al mismo tiempo que Antonio Yammara.


Pablo Escobar, abatido en 1993 por fuerzas gubernamentales, tras haberse fugado de la cárcel, es la figura totémica de ‘El ruido de las cosas al caer’, como Abimael Guzmán lo era en ‘La cuarta espada’ (Debate), el estupendo quest de Santiago Roncagliolo sobre el líder asesino de Sendero Luminoso. Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) trata también de explicar la caja negra del tráfico de drogas en Colombia, y cómo transformó completamente la vida de un país que hasta su irrupción (junto con la paranoia prohibicionista de la administración estadounidense, la famosa DEA, que sólo ha obtenido logros ilusorios) podría ser considerado por una mirada extranjera, la de la voluntaria Elaine, como aburrido. En la violencia del tráfico de cocaína y de su persecución, Juan Gabriel Vásquez encuentra los motivos de la huida de toda una generación de colombianos: «cuántos atravesaron la adolescencia y se hicieron temerosamente adultos mientras a su alrededor la ciudad se hundía en el miedo y el ruido de los tiros y las bombas sin que nadie hubiera declarado ninguna guerra, o por lo menos no una guerra convencional, si es que semejante cosa existe. Eso me gustaría saber, cuántos salieron de mi ciudad sintiendo que de una u otra manera se salvaban, y cuántos sintieron al salvarse que traicionaban algo, que se convertían en las ratas del proverbial barco por el hecho de huir de una ciudad incendiada». Un miedo muy similar al que Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) afirma haber sentido en su ciudad ante el acoso asesino de los terroristas de Sendero Luminoso.


La referencia al cruce de «la línea de sombra» de Conrad, un autor a quien Juan Gabriel Vásquez ha dedicado un ensayo, ‘El hombre de ninguna parte’, y ha convertido en clave de una novela, ‘Historia secreta de Costaguana’, explica el clima de ‘El ruido de las cosas al caer’.


Al abrir cada una de esas cajas negras, Antonio Yammara, que es quien narra su propia historia y la de los demás, se convierte en otro. Un otro más oscuro, más solo, más desplazado.


La historia con mayúsculas se fabrica a menudo con las pequeñas historias en minúsculas, que cabe en una pequeña caja negra, preparada para emitir durante sólo unos pocos días.


Narrativa iberoamericana

El ruido de las cosas al caer

Juan Gabriel Vásquez. Premio Alfaguara de Novela 2011. 260 páginas. 18 euros.