PATRIMONIO

El 'skyline' de Zaragoza en 1864

Una fotografía recién descubierta revela un nuevo perfil de la Zaragoza del siglo XIX. En ella aparecen, con gran nitidez, muchos monumentos ya desaparecidos, como la Torre Nueva o la Iglesia de San Lorenzo. Es el retrato coloreado de una Zaragoza que ya no existe.

Esta imagen de Zaragoza, tomada desde la torre de la Magdalena, fue captada en 1864. Luego fue coloreada a mano.
El 'skyline' de Zaragoza en 1864
JOSé LUIS CINTORA

Todo comenzó cuando un coleccionista, José Luis Cintora, que siempre anda a la caza de grabados, fotografías y postales relacionadas con Aragón, descubrió en una subasta por internet una imagen que le llamó la atención: se trataba de una placa de cristal con una fotografía antigua de Zaragoza tomada desde las alturas. En el dorso de la misma había una anotación manuscrita: '21. Pèlerinage nord Espagne. Saragosse. Vue générale'. Y luego, en esa misma etiqueta, pero ya en letra de imprenta: 'Maison de la Bonne Presse, 5, rue Bayard, Paris. Réproduction interdite'.


Cintora la adquirió y, al recibirla, su sorpresa fue mayúscula. «Es una placa de cristal de 84 por 99 centímetros -asegura-. En realidad se trata de un positivo en cristal, uno de los que se utilizaban en la época para proyectar ante el público, como se hace ahora con las diapositivas. La imagen, coloreada a mano con anilinas, se encuentra en perfecto estado».


En realidad, José Luis Cintora sabía que la pieza era importante, ya que, aunque el vendedor la describía como «de los años 20», él había visto con claridad no sólo que en ella se veía la Torre Nueva, sino que ésta tenía el llamativo triple chapitel de placas de pizarra que fue desmontado en 1878. «Ni yo ni ninguno de mis amigos coleccionistas conocíamos esta fotografía», señala.

Una próxima publicación


La Institución Fernando el Católico, enterada del hallazgo, decidió emprender un estudio -que saldrá de imprenta durante la próxima Feria del Libro- para extraer toda la información posible a la imagen. Y confió el trabajo a una historiadora del arte, Pilar Lop, joven pero fraguada en el estudio de las iglesias y conventos desaparecidos de la ciudad, a los que está dedicando su tesis doctoral.


Y esa ha sido la clave del éxito. Estudiando las iglesias, conventos y edificios públicos de la imagen, y el instante en que quedaron 'congelados' por el fotógrafo, se ha podido afinar bastante bien la fecha en que fue tomada la imagen: 1864. Estamos, pues, ante una de las primeras fotografías de Zaragoza.


La propia placa de cristal empezó muy pronto a dar información a la investigadora. «Aparte del dato del triple chapitel de la Torre Nueva, que se detecta al primer golpe de vista, hay dos circunstancias clave -resume Pilar Lop-, y es que aparecen dos edificios que fueron destruidos tras la revolución de septiembre de 1868, la iglesia de San Lorenzo y el convento de San Francisco». De ambos, además, no se conocían hasta ahora fotografías, y existían ciertas dudas acerca de la apariencia que podían tener poco antes de ser derribados.


La iglesia de San Lorenzo fue reducida a escombros entre octubre y diciembre de 1868, y el convento de Santo Domingo quedó reducido a la nada en las primeras semanas de 1869.


El dato inicial aportado por la presencia de la Torre Nueva y su triple chapitel -que la imagen era anterior a 1878-, se veía así afinado en casi una década. «Pero la pista definitiva sobre la fecha de la fotografía la dio otro edificio que aparece en ella -relata la historiadora del arte-, la Real Casa de Misericordia u Hogar Pignatelli. Aparece en un estado de obras que tiene que corresponder, forzosamente, a los años 1863 o 1864».


Según asegura Pilar Lop en su estudio, el edificio que actualmente es la sede del Gobierno de Aragón, «acometió a partir del año 1859 una reforma general del conjunto, destinada a mejorar algunas de sus infraestructuras y también a la construcción de la iglesia. Estas obras son las que aparecen congeladas en la imagen objeto de nuestro estudio: en ella, el edificio de la iglesia aparece todavía sin terminar, con los andamios levantados en torno a los cuerpos de las torres de la fachada -de las que una parece no estar ni tan siquiera construida- y del tambor de la cúpula, estructuras todas éstas a las que todavía les faltan sus remates. Sabiendo que el proyecto de la iglesia fue presentado en 1862, que las obras de la misma comenzaron a principios de 1863 y que la cúpula del templo fue acabada en octubre de 1864, aún tenemos más razones para afirmar que la imagen fue realizada en la década de 1860, muy probablemente entre 1863 y 1864».


Una vez fijada la fecha hasta donde ha sido científicamente posible, había que abordar el tema de la autoría. Buscando imágenes antiguas de la ciudad en pos de paralelismos o pistas, Pilar Lop encontró en el Archivo Municipal de Zaragoza una postal estereoscópica (apta para contemplarla en tres dimensiones con un visor especial) con la misma imagen y la leyenda 'Panorama de Saragosse, côté de la tour penchée (Espagne)', con el número 7.036 dentro de la colección Views of Spain/Vues d'Espagne de L.L. de París.


«Es la misma fotografía, pero con muchísimo menos detalle, hasta el punto de que, por ejemplo, el Hogar Pignatelli ni siquiera se ve. Aporta menos información». Eso explica por qué los especialistas que la han estudiado la fechan alrededor de 1880, cuando en realidad es un par de decenios anterior. Pero, ¿quién se esconde tras las siglas L. L.? ¿Quién fue su autor?


El problema de la autoría


Con esas siglas eran conocidos en París los fotógrafos Moisé Leon y Jules Georges Levy, que en la década de 1860 se establecerían en la capital de Francia como Leon & Levy. A partir de 1873 serían los hijos de Levy -Lucien, Jules y Ernest- quienes se harían cargo de la empresa, que pasaría a llamarse Levy et Cie, aunque mantendrían la marca comercial L. L. Así pues, debieron ser los Levy quienes tomaron la instantánea. Pero Pilar Lop no lo tiene claro.


«Lo que demuestra la rotulación de la foto es que ésta fue comercializada por los Levy. Pero yo creo que se puede pensar en otro autor.». Y es que Moisé Leon y Jules Georges Levy compraron en torno a 1864 la casa fotográfica para la que trabajaban, Ferrier & Soulier, que había surgido en 1859 tras la compra del estudio Clouzard & Soulier. Y en 1861 Ferrier & Soulier había enviado a España a varios fotógrafos para realizar nuevas imágenes con las que completar sus colecciones. «Creo, y es tan solo una hipótesis sin pruebas contundentes, que fue uno de esos fotógrafos enviados por Ferrier & Soulier quien tomó esta imagen de Zaragoza. Y luego fueron los Levy quienes la comercializaron durante unos cuantos años». El nombre del fotógrafo francés al que se le encargó que viajara a Zaragoza para retratar la ciudad no se ha podido averiguar, aunque seguramente pueda desentrañarse investigando a fondo en los archivos franceses.


La Zaragoza que se fue


Pilar Lop está fascinada por la imagen, y es que lleva años buceando en archivos y bibliotecas en busca de documentos y datos sobre los 44 edificios religiosos de Zaragoza, entre iglesias y conventos, que ya no existen.


«La foto es muy significativa, por lo que se ve y por lo que ya no está -subraya-. Y es que en realidad en ella se puede ver una Zaragoza que ya no existe. Nada es ni remotamente similar. Los edificios que en esa imagen destacaban por su altura, hoy no existen o, si permanecen en pie, están semiocultos por macroedificios de hormigón. En el fondo, también, la fotografía es un testimonio de cuánto se ha perdido en Zaragoza».


Otra buena prueba del daño que ha hecho la piqueta. «Una ciudad tiene que evolucionar, lógicamente -concluye Pilar Lop-, pero duele constatar que la transformación urbanística haya sido a costa de destruir muchos edificios valiosos».