POESÍA

Eclipsados edita la lírica completa de Labordeta

Antonio Pérez Lasheras recoge en el estuche 'Setenta veces uno. Poesía reunida 1945-2010' la vida y obra y los poemas del cantautor.

Retrato de perfil de José Antonio Labordeta, que se sentía esencialmente poeta
Eclipsados edita la lírica completa de Labordeta

«José Antonio Labordeta creía que somos los paisajes que hemos vivido. La clave de su poesía es esa mezcla de paisaje y paisanaje que anima e inspira sus poemas», explica el profesor Antonio Pérez Lasheras (Jaca, 1959), que acaba de publicar, en el sello Eclipsados y en colaboración con Rolde, la 'Poesía reunida' de José Antonio Labordeta (Zaragoza, 1935-2010).


El proyecto se presenta en un estuche que contiene dos libros: 'La duda del paisaje. Vida y obra de José Antonio Labordeta' y los poemas del político, poeta y cantautor, desde el primero, 'El invierno', que publicó con 10 años en 'Nuestra revista', hasta sus últimos poemas, como esas 'Tardes de silencio', en el que escribió: «Mis nietas me saludan cuando paso junto a ellas vestido de astronauta y se sienten defraudadas cuando me ven tal como soy».


Más de 300 poemas


«Aquí están recogidos los nueve libros que publicó desde 1959, así como la plaquete 'Como un niño ardiente', los poemas de 'Foto de familia', que publicó en Rolde y que iba a ilustrar el arquitecto Pérez Latorre, y una selección de 'Poemas sueltos'. Más de 300 composiciones». Pérez Lasheras ha manejado diecisiete libretas con poemas de Labordeta, y solo ha utilizado los que él había publicado, revisado y fechado.


«José Antonio Labordeta estuvo muy marcado en primer lugar por su hermano Miguel, pero él siempre quiso huir de su influjo. No quería hacer una poesía donde las imágenes se convirtieran en símbolos. Cuando él empezó a escribir y a publicar había dos maestros muy claros: Antonio Machado, que hacía un poesía más social, de la que quería alejarse, y Juan Ramón Jiménez, al que se sentía más cercano. Y el otro gran poeta que le marcó fue el peruano César Vallejo: lo leía, lo releía, lo llevaba a todas partes».


Labordeta era un poeta de intuiciones, de impresiones, y su técnica de escritura consistía en mezclar la naturaleza y el hombre. Escribía mucho y rechazaba cosas, las arrojaba al cubo de la basura. «Eso se ve incluso en sus canciones -explica Pérez Lasheras-. Pensemos en 'La vieja', por poner un ejemplo. Con todo, curiosamente, el poeta José Antonio Labordeta escribe del yo, de la infancia perdida, de los quebrados espejos de la memoria, de la ausencia. Y en las canciones habla del nosotros, con un tono más épico y más directo, más violento. Aunque tiene canciones intimistas, José Antonio escribía poesía cuando se sentía más solo, recogido. Con el paso del tiempo define mejor la separación entre poesía y canción».


Poeta del amor en su refugio


Antonio Pérez Lasheras ha analizado las palabras que más empleaba Labordeta y son las negaciones, nadie, nada, no, y otros términos como los días de la semana, el tiempo o matices del paisaje. Con todo, se impone otra percepción del escritor: la del poeta del amor.


«Sí, es cierto. Labordeta es un poeta del Amor y del amor a lo mínimo, a las pequeñas cosas, al refugio familiar, a su mujer Juana de Grandes y sus hijas, a la tranquilidad. En el fondo, el amor para él era sentirse seguro en casa. Labordeta también era un poeta de búsqueda constante y acaso desgual que sabía muy bien lo que quería hacer». Pérez Lasheras elogia el esfuerzo que ha hecho un sello modesto como Eclipsados. «Su director Nacho Escuín se ha volcado en estos dos volúmenes de 312 y 506 páginas que tienen bastante de edición definitiva».