ESTRENOS DE LA SEMANA

Porno con amor

El zaragozano Nacho G. Velilla, en su faceta de productor y guionista, estrena la comedia coral ?No lo llames amor? llámalo X?. También llegan ?El último exorcismo?, ?El sicario de Dios?, ?Agua para elefantes?, ?Carta blanca? y ?Rompecabezas?

Imagen de 'No lo llames amor... llámalo X', producida por Nacho G. Velilla
Porno con amor
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Nunca se deja de hablar de las dos Españas, separadas por una abismo, pero en ‘No lo llames amor… llámalo X’, los dos bandos hacen el amor y no la guerra. Se trata de la última producción del zaragozano Nacho G. Velilla y su equipo, con una exitosa trayectoria cinematográfica (‘Que se mueran los feos’, ‘Fuera de carta’) y televisiva. El filme, presentado con buena acogida de público en el Festival de Málaga, es una comedia romántica ambientada en el rodaje de una porno, ‘El alzamiento nacional’ (ocurrente título).


Pepe Fons (Mariano Peña) es un pornógrafo venido a menos conocido por largometrajes para adultos bastante casposos. A pesar de no tener dinero, quiere volver a la industria y rodar una obra maestra que le permita ser recordado como un autor. Reúne a sus antiguos colaboradores y el proyecto echa a andar. Entre escena y escena, el espectador será testigo de tres historias de amor mientras aumenta la carga dramática de la trama.


‘No lo llames amor… llámalo X’, del debutante Oriol Capel y en el que Velilla ha participado en el guión, resulta simpática y se apoya en un buen elenco de actores: Peña, Paco León, Adriana Ozores, Julián López, Javier Gutiérrez, Kira Miró, Ana Polvorosa o Eduardo Gómez. En todo momento se ve con una sonrisa. Su principal pega es la irregularidad del conjunto, con gags más acertados que otros. Hay que aplaudir a sus creadores por el riesgo que han tomado al atreverse a abordar de forma cómica y picante el conflicto de la Guerra Civil.

El predicador y el maligno


Después de varios cambios de fecha, se estrena en España ‘El último exorcismo’, nueva propuesta de posesiones. Más de lo mismo, pensarán algunos. Sí y no. El filme de Daniel Stamm, de estilo independiente, sigue las convenciones del subgénero (efectismos, frases blasfemas y contorsiones varias) pero se agradece su original premisa: está narrada como si se tratara de un documental (‘El proyecto de la bruja de Blair’ marcó escuela). Unas cámaras siguen a un predicador (un estupendo Patrick Fabian, ganador del premio al mejor actor en Sitges) que va a analizar una supuesta posesión en una zona rural estadounidense. Admite que los exorcismos que ha practicado hasta la fecha han sido una farsa, ya que las víctimas, criadas en entornos con escasa cultura, tenían problemas psicológicos. Sin embargo, esta vez se enfrentará a un caso aparentemente real y muy peligroso. El largometraje, producido por Eli Roth, juega con el espectador al no dejar claro si estamos ante una verdadera posesión o la niña demoniaca tiene una enfermedad derivada de la sugestión. ‘El último exorcismo’ es una obra desasosegante e interesante. Por fin una buena película de terror.

Sacerdotes, vampiros y acción


El director Scott Stewart y Paul Bettany vuelven a aunar fuerzas después de ‘Legión’, popurrí de acción y fe religiosa sobre un ángel que baja a la Tierra para salvar al mundo y enfrentarse a los compañeros celestiales que quieren destruirlo. La película, una serie B pura y dura (y muy entretenida) fue machacada por la crítica, lo que no ha impedido que Stewart y el actor se embarcaran en otro proyecto de similares características pero mucho más ambicioso, ‘El sicario de Dios’. En un mundo destruido por los enfrentamientos entre hombres y vampiros, un sacerdote guerrero incumple los votos de su Orden para buscar a su sobrina, secuestrada por unos monstruos asesinos. El guión, como en el largometraje anterior, es lo de menos y lo que le interesa a Stewart es entretener con efectos visuales (por algo se exhibe en 3D) mientras Bettany pone cara de tipo duro. La película, inspirada en una novela gráfica, cuenta con Cam Gigandet, Karl Urban y Christopher Plummer como secundarios.

Amor en el circo


Robert Pattinson sabe que encasillarse es malo y prosigue con su carrera en Hollywood al margen de ‘Crepúsculo’. El vampiro ídolo de adolescentes comparte protagonismo con Reese Whiterspoon en el drama romántico ‘Agua para elefantes’, basado en una novela homónima de Sara Gruen. Ambientada en el mundo del circo durante la época de la Gran Depresión estadounidense (más de uno recordará por ello la excelente serie ‘Carnivale’), narra la relación entre un joven veterinario y la estrella de uno de los espectáculos, que en realidad lleva una vida desgraciada. Su amor chocará con el marido de la artista (Christoph Waltz, que le ha cogido gusto a los papeles de villano). La película de Francis Lawrence, responsable de ‘Soy leyenda’ (y del videoclip de Lady Gaga ‘Bad romance’), destaca por su puesta en escena.

Una semana de libertad


En la vida de muchos hombres que llevan años de convivencia en pareja llega un momento en el que sienten añoranza de su época de soltero, de pequeños placeres como tener libertad para hacer lo que les apetezca e intentar intimar con otras mujeres. Es lo que les ocurre a Owen Wilson y Jason Sudeikis (del ‘Saturday night live’) en ‘Carta blanca’, comedia de los hermanos Bobby y Peter Farrelly, cuya trayectoria, famosa por su humor grueso, pierde fuelle desde hace tiempo. Cansadas de su obsesión por el sexo y por las mujeres, las esposas de los personajes de Wilson y Sudeikis les dan permiso para que, durante una semana, cometan todos los excesos que deseen, carnales incluidos. Los protagonistas se ponen a ello, pero descubrirán que la edad pesa y que son más aburridos de lo que creían. En el reparto figuran Jenna Fischer, Christina Applegate y Richard Jenkins.

El puzle como válvula de escape


Por último, ‘Rompecabezas’, debut de Natalia Smirnoff, es un drama argentino sobre el despertar a la vida, los puntos de inflexión y las segundas oportunidades. La trama gira en torno a un ama de casa (María Onetto) que siempre ha antepuesto la felicidad de su familia a la suya propia, hasta el punto de que su entorno apenas la tiene en cuenta y queda relegada a un segundo plano. Cuando descubre su don para completar puzles por fin se siente realizada y empieza a entrenar con un compañero de juego, para lo que no duda en mentir a su marido. Su sueño es participar un campeonato del mundo de rompecabezas. El filme, de 2009, se exhibió el año pasado en una sección paralela del Festival de San Sebastián.