EL ESTRENO SERÁ EL 2 DE ABRIL

Todo Calamocha sale a escena en una obra solidaria

Una obra escrita por una profesora congregó a más de 1.300 espectadores en 2010. El sábado, estrena nuevo montaje.

Imagen de parte del elenco que el año pasado actuó en la obra. El sábado, más.
Todo Calamocha sale a escena en una obra solidaria
áNGEL MARTíN

¿Cómo convertir a todos los habitantes de una ciudad en unos teatreros? Pues no es tarea fácil, pero en Calamocha, como los de Fuenteovejuna, lo han logrado. Allí, la gran mayoría de la población está inmersa en los preparativos del gran estreno, el del sábado, en el que esperan batir la marca del año pasado: más de 1.300 espectadores y un lleno total en el Recinto Ferial de la localidad. Un aforo que ya quisieran muchos artistas consagrados. El que no ensaya su papel, le da las últimas puntadas a los trajes o termina los decorados. Y en el epicentro de esta aventura, la directora y artífice de esta obra, Asun Perruca, profesora de inglés que en 2010 puso en escena un texto suyo, y quedó sorprendida de la repercusión conseguida. «No me lo explico ni yo -reconoce-, fue un exitazo. Pero lo mejor de todo es que lo pasamos muy bien, tanto el público, como todos los que trabajamos». Por si fuera poco, la recaudación integra se envió a Haití, a través de los Bomberos de Daroca.


El fin tenía que ser solidario, porque aunque esta historia, la de la preparación del espectáculo, tenga final feliz, había nacido de la adversidad. «Tuve cáncer de mama en 2009. Y, mientras recibía la quimio, escribía la obra. Siempre había tenido esa inquietud y tenía experiencia previa. Todo lo bueno hay que sacarlo para afuera y me alegro de que aquellas noches de química tuvieran este resultado», cuenta Asun. Así nació 'La noche de la zorra y el lobo', una fábula envuelta en comedia y llena de actuaciones musicales que se convirtió en un gran éxito el pasado año.


Así que esta peculiar compañía que surgió casi por casualidad se planteó continuar la labor y organizar, una vez cada doce meses, una fiesta solidaria. Para ello, crearon la Asociación Cultural La Luna y se pusieron manos a la obra. «La representación implica a mucha gente y muchas cosas: pedir ayudas, toda la preparación? De esta forma, tenemos más fuerza. Aunque yo la dirija, todos ponemos de nuestra parte, delegamos? Esperemos que pase como en 2010, cuando tuvimos que ir a buscar sillas al pueblo de la lado y aún así se quedó gente de pie. Porque además, todo lo que se recaude irá a parar a la Asociación Española contra el Cáncer», explica Feli Moragriega, cabeza visible de la recién estrenada organización.


Soñando despiertos


Como el sueño ya se ha hecho realidad, pero todos los implicados quieren seguir soñando, este año la obra también tiene que ver con la noche y con los cuentos. «La luna tiene mucha importancia en mis escritos. Cuando llega, comienzan las horas más creativas, se me ocurren más ideas», confiesa Asun. Siguiendo esta máxima, ha escrito 'La noche de la princesa durmiente', una revisión contemporánea y vanguardista de la Cenicienta. «Soy maestra y lo había escrito para trabajarlo con los niños. Lo he adaptado y le he ido añadiendo todas las actuaciones musicales: el comienzo, el coro infantil, el baile de la princesa. ¡Si va a haber hasta boleros y flamenco!», adelanta la autora. Cada grupo musical -algunos, de poblaciones cercanas-, prepara su parte por separado, que luego se encaja en la pieza el día del ensayo general. «Tienen muchísimo mérito, porque es que no nos piden ni para gasolina. El esfuerzo no solo es de Calamocha, sino de toda la comarca. Igual que nos ayudan muchos comercios o las voluntarias que están cosiendo como locas y las que peinarán a los actores», deja claro Asun.


Ya solo queda hasta el 2 de abril para ver el resultado de este segundo esfuerzo colectivo. Pero habrá más. Eso sí, anuales. «Con eso ya es suficiente. Este año hemos creado la asociación y han surgido en Calamocha unos talleres de teatro. En el futuro, yo me iré retirando. Hemos plantado el árbol y, ahora, toca ir creciendo», espera la directora. Se abre el telón. Y no será la última vez.