El casposo Torrente ha reventado la taquilla española, animando a la alicaída industria nacional después de conocerse la fuerte caída de espectadores en 2010. En plena resaca del éxito del ‘torrentismo’, estamos en una de esas semanas de transición en lo que a novedades se refiere. La que tiene más opciones de desbancar del primer puesto a Santiago Segura, aunque a priori parece difícil, es ‘Gnomeo y Julieta’, película de animación destinada al público familiar. Es la que llega a un mayor número de salas y se exhibe en 3D. Como su título indica, es una peculiar adaptación de la célebre obra de William Shakespeare, protagonizada por Romeo y Julieta en versión gnomo de jardín (ya saben, esas simpáticas figuras de cerámica).

Que los padres no se preocupen, la tragedia del original es sustituida por mucho humor y diversión, con unos amantes que intentan vivir su pasión en medio de las irreconciliables rencillas entre los gnomos azules y los rojos, que viven en jardines diferentes. Los Capuleto y los Montesco están en pie de guerra, con continuas peleas y alocadas carreras con cortadoras de césped. Las canciones forman parte del repertorio de Elton John, productor ejecutivo del filme, distribuido por Disney. El directo es Kelly Asbury (‘Shrek 2’).

Una vida agitada

Para los cinéfilos, y para parte del público adulto, el estreno de la semana es ‘El mundo según Barney’, una notable película, divertida y emotiva a partes iguales, y sustentada en un gran reparto, encabezado por Paul Giamatti (quien se llevó el Globo de Oro), al que acompañan Rosamund Pike, Scott Speedman, Minnie Driver y Dustin Hoffman (atención a su papel de viejo policía). No es casual que en el Festival de San Sebastián obtuviera el Premio del Público. El filme de Richard J. Lewis, basado en una novela de Mordecai Richler, sigue durante cuatro décadas las alegrías y sinsabores de la vida de Barney, un productor de televisión judío. Alternando pasado y presente, muestra momentos de la agitada existencia de un hombre que se enamoró perdidamente de la que sería su tercera mujer en el mismo día de su boda con su segunda pareja y al que el trágico destino de su mejor amigo le atormenta al haber sospechas de asesinato. El espectador será testigo de cómo la enfermedad afecta a sus recuerdos. La obra fue nominada al Óscar al mejor maquillaje. Una propuesta recomendable.

El exorcista Hannibal Lecter

El subgénero de exorcismos ya está muy visto, pero sigue siendo un reclamo por reflejar la personificación del Mal y explotar el morbo. ‘El rito’ se suma a la larga lista de títulos sobre el tema, con el aliciente de tener como uno de los protagonistas a Anthony Hopkins, que siempre será recordado por su papel de Hannibal Lecter. Cabe advertir que no estamos ante una película de terror; se trata de una obra de suspense con toques dramáticos. Un joven seminarista (Colin O’Donoghue) con problemas de fe participa en un curso de exorcismos en el Vaticano, donde conocerá a un sacerdote poco ortodoxo (Hopkins) que le ayudará a comprender que el diablo habita entre nosotros. El filme del sueco Mikael Hafström (‘1408’), inspirado en una novela y en personajes reales, transita por el mar de lo predecible, como han indicado los críticos, y no llega a ir muy lejos en los planteamientos que sugiere (se han visto escenas de posesiones muchísimo más fuertes). Lo más destacable, aparte del propio Hopkins, es su puesta en escena. También participan Alice Braga, Toby Jones y el mítico Rutger Hauer.

Amor existencial

Para los aficionados al drama romántico y existencial, se estrena ‘Nunca me abandones’, filme con elementos del cine fantástico basado en una famosa novela de Kazuo Ishiguro. Está protagonizado por jóvenes talentos de la industria británica: Keira Knightley y los prometedores Andrew Garfield (‘La red social’ y el nuevo ‘Spider-Man’) y Carey Mulligan (‘An Education’). La emotiva película de Mark Romanek (‘Retratos de una obsesión’) muestra un triángulo amoroso entre tres amigos que han crecido en un internado en el que descubren que su destino está fijado de antemano y no es precisamente halagüeño. Ante su trágico futuro (que aquí no vamos a desvelar) aflorarán los sentimientos.