MUSEO DE ZARAGOZA

La familia de Pablo Serrano rompe con la DGA a tres semanas de reinaugurar el museo

Retira su apoyo a la exposición del escultor y prohíbe publicar fotografías de sus creaciones.Spadoni asegura que faltan piezas donadas por el artista.

Valeria Serrano y Susana Spadoni, en la primera inauguración del Museo Serrano, en 1994.
La familia de Pablo Serrano rompe con la DGA a tres semanas de reinaugurar el museo
CARLOS MONCíN

«Estamos muy dolidas por el trato que hemos recibido por parte de la DGA, y hemos decidido no prestar nuestro apoyo a la exposición de Pablo Serrano que va a reinaugurar el museo». Cuando faltan tres semanas justas para que el centro reabra sus puertas tras la ampliación (ha triplicado su superficie en unas obras que han costado 28,5 millones), espesos nubarrones se ciernen sobre su presente y futuro inmediato. La familia del escultor, según constató HERALDO ayer, ha dado la espalda al proyecto, una de las estrellas del Departamento de Educación y Cultura. Y lo ha comunicado oficialmente.


El Partido Popular había anunciado ayer que quiere que se realice una auditoría externa sobre las obras, y su portavoz de Cultura en las Cortes, Miguel Navarro, ofreció una información preocupante: «Tenemos indicios de que faltan piezas que fueron donadas en su día». Incluso las cifró: «pueden ser ocho».


Esculturas que no aparecen


¿Faltan obras donadas? Al habla con Susana Spadoni, nuera del escultor y directora honorífica del centro, así lo confirmaba ayer a HERALDO: «Faltan. No sé por qué han dicho que son ocho, pueden ser más, y lo sabe mucha gente. Hablo solo de esculturas; de los dibujos y grabados no digo nada porque el inventario estaba mal hecho. Pero a finales de 2005 y principios de 2006 estuve visitando el museo dos y tres veces por semana y revisé todas las fichas con los funcionarios. Ellos ya habían descubierto faltas y yo les encontré otras más. Que no digan ahora que las obras que no aparecen nunca salieron de Madrid o se perdieron por el camino, porque yo puedo demostrar que eso no es así. En el 94, cuando se inauguró el museo, estaba todo allí. La documentación es extensa y las actas notariales muy precisas. Y como la DGA se niega a reconocer que le faltan obras, yo no he firmado el inventario».


La familia del escultor envió el pasado 22 de febrero una carta a la consejera de Educación y Cultura, María Victoria Broto, en la que le comunicaba que ha decidido no prestar apoyo a la exposición de las obras en el centro, y que Valeria Serrano, la nieta del artista, que posee los derechos de reproducción de la obra, ha decidido negarse a que en el catálogo de la muestra se utilicen imágenes de las creaciones del escultor de Crivillén.


«El Gobierno de Aragón no ha respetado ni el espíritu ni la letra del convenio que rige el legado -se dice en la carta-. Pero nosotras estamos dispuestas a colaborar en el futuro, siempre desde el respeto mutuo».


El convenio al que se alude en la carta, que se firmó en 1996 y rige el día a día del legado, establece una serie de condiciones y plazos de participación de la familia en las decisiones que atañen a la obra de Serrano (exposiciones, catálogos, adquisiciones de obras, fundiciones, traslados...).


La familia no ha percibido nunca retribución alguna por su participación en publicaciones, catálogos o reuniones. Pero, según señala Spadoni, «el convenio se suscribió para impedir que Valeria pudiera plantear una reclamación al Gobierno de Aragón: y es que la donación había sido imperfecta, porque se realizó siendo menor sin la preceptiva autorización judicial. El convenio vino a solucionar el problema y fijaba que su nieta y heredera universal conserva el derecho moral de autor sobre las obras, y fijaba una serie de requisitos y condiciones. Como la DGA ha incumplido el convenio en todos sus puntos, nos estamos preguntando si ha quedado sin efecto la donación». Spadoni lamentaba ayer que «en estos momentos no tengamos relación alguna con el Departamento de Cultura, debido al maltrato recibido y a la ignorancia que hacen de nosotras».


«Han sido siete años de silencio»


Y aseguraba que en la remodelación del museo «todo nos ha sido impuesto, desde la comisaria del proyecto hasta el último detalle. Todo se nos ha comunicado por vía de hechos consumados». Según la nuera del escultor, «la comunicación con nosotras se interrumpió en 2003, cuando llegó a la consejería Eva Almunia y su equipo. Aunque en 2005 tomamos un café y me enseñaron los planos de la ampliación del museo, han sido siete años de silencio, hasta que el 19 de noviembre pasado fuimos a visitar el edificio a petición mía. Entonces me entregaron un proyecto expositivo de 56 folios. Y el 26 de noviembre el viceconsejero Juan José Vázquez me comunicó que ese proyecto no se iba a hacer. Que se iba a sustituir por otro, cuya cabeza visible es el escultor Fernando Sinaga, aunque quien me lo explicó a mí en Madrid fue Chus Tudelilla (comisaria de exposiciones), en una reunión que se celebró el 7 de diciembre, y en la que Fernando Sinaga permaneció casi todo el tiempo callado. En una carta posterior yo le planteé mis dudas sobre el comisariado de la muestra inaugural y el viceconsejero me contestó que "el responsable de la exposición soy yo". En ese momento vi que no querían ninguna participación mía en ningún lado». A fecha de hoy, las relaciones están totalmente rotas.