CINE

La alfombra roja cubierta

La Academia de Hollywood ultimó ayer los detalles de la 83 ceremonia de los Óscar, que puede verse afectada por la lluvia y para la que están nominados el español Javier Bardem y la película mexicana ?Biutiful?.

Hasta que no se pisa la alfombra roja de los Óscar, uno no es consciente de hasta qué punto es cierto lo que cuentan.


Hablo de pisar esa alfombra pero cubierta de plástico protector los días previos al día de la gala, y de darse cuenta del tiempo que acreditan a los medios para algo que, realmente, se comunica rápido.


Es de esperar que la maquinaria de promoción de este evento no sea menos que el de las películas que premia. Así que en términos de pura promoción, su gestión es intachable.


En términos de contenidos, es otra cosa. Porque, al contrario que un festival de cine, la organización apenas ejerce de madrina de las películas nominadas. Eso queda en manos de los publicistas de cada producción.


Así que lo que la Academia genera esa semana previa es información con la que alimentar a los medios más variopintos. Y hay que dosificar. Un día se puede conocer la paella de la cena del Gobernador, o a la chica que preparará el ponche. Otro, un concejal hace campaña organizando un 'tour' a la parte trasera de las míticas letras en la colina. Y otro, se puede uno enterar de como «ensobran» las papeletas de los premiados. Ahí es cuando piensas, «a esa convocatoria no llego».


Expectación con 'Biutiful'


En medio de tanta información de difícil gestión posterior, sí se presta una especial atención a las películas de habla no inglesa. Quiero pensar que no por equipar dicha información a todo lo anterior, sino por verdadero apoyo.


En ese marco, y en el posterior organizado por los productores de la película 'Biutiful', es donde se mostró claramente la fuerza de Alejandro González Iñárritu, Javier Bardem o el productor español Fernando Bovaira, muy bien considerados en Hollywood.


La nube de periodistas alrededor del equipo de la producción de México y España era abrumadoramente grande en comparación con la que seguía al resto de películas de los demás países. Esto no tiene por qué significar nada en la carrera por el Oscar pero, como dijo Iñárritu, demuestra algo que es una realidad, que es para ellos un privilegio formar parte de un grupo de personas que se sienten cómodos haciendo películas en cualquier parte del mundo y en cualquier idioma.


Tengo la sensación de que el cine hispano que ahora cruza fronteras está demostrando que, sin complejos y personalidad propia, es posible un cine que llegue a tantos rincones del mundo como lo hace el generado por Hollywood. Y así, cruzar alfombras rojas, ahora ya, sin plástico protector.