ARTE

La colección de Tita Cervera seguirá un año más en el Museo Thyssen de Madrid

Cultura acepta a regañadientes la prórroga de la cesión gratuita. El futuro de las 240 pinturas queda de nuevo en el aire.

Ángeles González-Sinde y Tita Cervera, con sonrisas postizas.
La colección de Tita Cervera seguirá un año más en el Museo Thyssen de Madrid
EFE

Ambas aseguraban estar contentas. Pero sus rostros y actitudes les traicionaron. Había más tensión y desconfianza que satisfacción. Carmen Thyssen y Ángeles González-Sinde acababan de pactar una prórroga de un año en la cesión gratuita de la colección de la baronesa al Estado español. Cultura quería dos años, pero no pudo ser. Tuvo que plegarse y aceptar a regañadientes la propuesta de la baronesa. Firmar una 'tregua' de facto que mantendrá otro año la colección en el Museo Thyssen, pero deja en el aire el futuro de la colección privada de Tita Cervera.


El 28 de febrero de 2012 es el nuevo día D. En doce meses, Carmen Cervera y la titular de Cultura volverán a verse las caras. «Queríamos extender el contrato por más tiempo», reconoció la ministra, que aseguró comprender unos «intereses de la baronesa» que no detalló. «Hay crisis y no hemos debatido de cuestiones económicas. Sí de cosas de buena educación», apostilló una contrariada Tita Cervera, que se decía «muy contenta» con la boca pequeña.


No es un secreto la ausencia de química entre la baronesa y la ministra. Llevaban meses jugando al ratón y al gato en busca de una solución, que garantizara la permanencia bajo el paraguas público de las 240 pinturas de la colección particular de Carmen Thyssen, que los expertos valoran entre 600 y 800 millones de euros. Cultura descartó la compra y apostó por una prórroga de dos años del contrato actual -la cesión de 11 años vence el 28 de febrero- con una prestación económica. Tita dijo que no al alquiler y ofreció prorrogar gratis otro año pero con demandas intangibles.


La solución llegó ayer, para algunos un parche. Se alcanzó en la reunión ordinaria del patronato del Museo Thyssen-Bornemisza, del que la baronesa es vicepresidenta vitalicia y que preside la titular de Cultura. La reunión duró apenas hora y media. Al final fue González-Sinde quien tuvo que plegarse y reconocer que se había alcanzado un «acuerdo de transición».


No quiso precisar cuáles eran las contrapartidas rechazadas, que deben «permanecer en la privacidad y la discreción». Pero sí dijo que «no eran aceptables para el Estado, ni para el ministerio, ni para los intereses de los contribuyentes, que son a quienes debemos defender». «Hemos encontrado una fórmula que nos da más tiempo para encontrar otra solución en el futuro», resumió.