Es sabido que determinadas superproducciones o cintas que se espera que sean un taquillazo (tipo Indiana Jones o Harry Potter) suelen singularizarse buscándoles una fecha de estreno fuera de la habitual, que suele ser los viernes.

Este es el caso de 'Saw VII', que llega hoy a las salas españolas en miércoles (y sin novedad alguna que rivalice con ella) aprovechando tres factores: su éxito en Estados Unidos (fue número uno en su estreno), el tirón publicitario que supuso la insólita calificación de su anterior entrega como solo apta para salas X en España y, finalmente, el hecho de que el espectador vaya a poder disfrutar (virtualmente) en sus carnes las mismas torturas que los protagonistas gracias al uso de la tecnología del 3D esteroscópico.

Por lo demás, pocas sorpresas en una ya famosa saga de terror donde el peligroso psicópata Jigsaw (Tobin Bell) se regodea torturando a varios personajes. Aquí, con Jigsaw ya muerto, un tipo que ayuda a los supervivientes de sus juegos acaba siendo víctima de crueles trampas. La cinta promete ser «el capítulo final».