ARTE

Descubierto el proceso químico que daña el color de las pinturas de Van Gogh

El sulfato de bario empleado en el óleo amarillo pierde fuerza con el tiempo y evoluciona a un color marrón chocolate.

El proceso químico que oscurece los coloridos cuadros del pintor holandés Vincent van Gogh, uno de los misterios del arte, fue descifrado por un grupo internacional de científicos, lo que abre la puerta a una mejor conservación de sus obras y a su posible restauración.


El fenómeno, que los científicos no habían logrado resolver hasta el momento, afecta también a otros pintores de finales del siglo XIX, pero es en la obra del autor de 'Los girasoles' donde cobra una mayor dimensión, por la importancia que él otorgaba al colorido y la profusión de productos químicos que utilizaba en sus pinturas, según indican los responsables del estudio.


Desde hace años los científicos trabajaban en conocer la reacción que convertía paulatinamente el intenso amarillo de sus cuadros en un marrón chocolate.


«La clave está en el producto que Van Gogh utilizaba para crear ese pigmento amarillo, el cromato de plomo, que mezclaba con sulfato de bario para que fuera más claro y ganara brillo», explicó ayer Marine Cotte, experta del laboratorio francés de Grenoble, sureste de Francia, en cuyos laboratorios se han llevado a cabo buena parte de los experimentos. «Había que utilizar procedimientos muy sofisticados para analizar muestras muy pequeñas de pintura y distinguir todos sus componentes», señaló la responsable del laboratorio de Grenoble.


Además, el fenómeno de oscurecimiento no afecta a todas las obras del autor, por lo que era necesario hacer un trabajo específico. «A simple vista la alteración de los colores es muy evidente, pero cuando se toma una muestra muy pequeña es más complicado obtener las variaciones químicas», agregó.


Los científicos han trabajado con restos de tres tubos de pintura procedentes de la época y los han sometido a diferentes intensidades lumínicas. Los investigadores trabajaron con dos cuadros de Van Gogh, 'Vista de Arlés con iris', de 1888, y 'Berges de la Seine' (1887), ambos expuestos en el Museo dedicado al autor en Amsterdam.