JAVIER HERRERO, MIEMBRO DE LOS PECOS

Los Pecos: «Me siguen llamando el rubio»

El dúo que hizo vibrar a miles de fans a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta ofrece esta noche un concierto, a las 20.00, en el Auditorio de Zaragoza.

Javier Herrero, en primer lugar, la mitad de los Pecos, junto a Pedro, su compañero de dúo y hermano.
Los Pecos: «Me siguen llamando el rubio»

Los Pecos ofrecieron sus primeros recitales hace más de 30 años. ¿Qué les lleva a seguir?

Lo que nos mantiene es poder haber hecho de todo esto una carrera. No queríamos sacar un disco y quedar en el olvido. Nos lo tomamos en serio y nos hemos rodeado de gente estupenda que nos ha sabido llevar. El año que viene hacemos 35 años y pensamos celebrarlo porque no hay mucha gente, desgraciadamente, que dure tanto en esto de la música.


¿Qué público tienen ahora? ¿Son las mismas fans de sus inicios?

No solo; llevamos casi tres generaciones a los conciertos. Evidentemente, el grueso de público es la gente que nos escuchaba en los ochenta, aunque nos solemos llevar muchas sorpresas. Viene gente que ni había nacido cuando empezamos con todo esto.


¿Qué canciones no faltarán hoy en la Multiusos?

Haremos un recorrido por toda nuestra discografía, tocaremos algunas como 'Háblame de ti', Esperanza', 'Guitarra'? El concierto dura casi dos horas y tocaremos las más emblemáticas de Pecos, las que la gente quiere oír. Metemos también tres del último disco, 'Un manantial de ternura'.


¿Qué les dicen quienes les siguen desde siempre?

Tras los conciertos solemos pasar por la gente para firmar autógrafos a los espectadores y comentar qué les ha parecido el concierto, y salen encantados. Estamos en esto gracias a ellos y por ellos; si hubiera sido por los medios de comunicación, estaríamos muertos. Es muy bonito que te digan: "Con esta canción yo llegué a enamorarme de mi mujer". Aunque también dirán: "Con esta me casé y después me divorcié" (risas).


¿Y le siguen llamando el rubio?

Sí, aunque el pelo ahora lo tengo blanco. Para la gente, seguiremos siendo el rubio y el moreno aunque no tengamos pelo o lo tengamos canoso.


Fue en Zaragoza donde hizo la mili, ¿cómo le fue en la ciudad?

Zaragoza, en realidad, es como mi segunda ciudad, pasé allí casi un año entero de mi vida genial y, después de hacer el servicio militar, he vuelto en muchas ocasiones, no solo para trabajar, sino para estar por allí.


¿Guarda recuerdo de algún lugar en concreto?

La verdad es que me moví por toda la ciudad. Hice el campamento en San Gregorio en un mes, juramos bandera y después me mandaron a Monzalbarba. Todos los días salíamos a las 17.00 y nos movíamos por los sitios de moda del momento.


Los Pecos fue uno de los grupos que vivió la explosión del fenómeno fan. Ahora, desde la distancia, ¿cómo lo recuerda?

Los que menos nos dimos cuenta de todo el follón que se armó fuimos nosotros porque estábamos de un lado para otro. Estuvimos casi diez años grabando, dando conciertos en América, haciendo la promoción? Cuando estás dentro, no te das cuenta de lo que pasa alrededor. Si es cierto que desde que aparecimos en Televisión Española fue muy complicado caminar por la calle, casi teníamos que llevar guardaespaldas.


¿Y ahora les paran por la calle?

La gente de Villaviciosa de Odón, que es nuestro pueblo, nos conoce, y siempre hay gente que viene de fuera y te pide autógrafos o te muestra su cariño.


¿Le daría algún consejo a los grupos que ahora disfrutan (o sufren) el fenómeno fan?

Soy poco de dar consejos, porque recuerdo que cuando me los daban a mí no les hacía caso. Prefería pasar por ello para después saber cómo actuar.


Si pudiera volver a sus comienzos, cuando tenía 17 años, ¿cambiaría algo de su carrera?

No modificaría absolutamente nada. Supongo que volvería a cometer los mismos errores y los mismos aciertos.