ARTE

LA DGA impulsa la apertura del Museo Diocesano de Zaragoza

El Arzobispado se compromete a garantizar unos horarios amplios de apertura del nuevo museo para que el público pueda conocer los bienes patrimoniales de la Iglesia zaragozana.

El Gobierno de Aragón aportará 2,8 millones de euros al proyecto de restauración del Palacio Episcopal de Zaragoza y su habilitación como Museo Diocesano de la ciudad, cuyas puertas se prevén abrir al público a finales del próximo mes de marzo.


El acuerdo para la financiación del proyecto, cuyo presupuesto total se sitúa en los 6,9 millones de euros, ha sido suscrito por la consejera de Educación y Cultura, María Victoria Broto, y el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, ante la presencia del presidente de la Comunidad, Marcelino Iglesias.


La aportación financiera del Ejecutivo regional permitirá al Arzobispado hacer frente a los costes de restauración de las tres plantas del Palacio Episcopal, un edificio de gran valor histórico situado junto al Ebro, cerca del antiguo Puerto de Cesaraugusta, que albergará el patrimonio histórico-artístico de la archidiócesis.


En contrapartida, según recoge el protocolo de intenciones suscrito, el Arzobispado se compromete a garantizar unos horarios amplios de apertura del nuevo museo para que el público pueda conocer los bienes patrimoniales de la Iglesia zaragozana.


Tras la firma, el presidente aragonés ha expresado su satisfacción ya que el acuerdo permitirá completar una red de museos diocesanos en la Comunidad, junto a los de Huesca, Jaca, Albarracín, Barbastro-Monzón, Teruel y Tarazona.


A su juicio, este acuerdo supone «la culminación de un trabajo muy importante que ha hecho la Iglesia Católica para la recuperación de un patrimonio excepcional, que estaba en nuestros pueblos y en nuestras parroquias, y que nuestros obispos siempre han tenido interés en preservar».


Tras destacar que este patrimonio es «testigo que épocas remotas de nuestra historia, desde la Edad Media», Iglesias ha destacado que la voluntad de mantener estos bienes en museos no se dirige sólo a su preservación y conservación, sino a su difusión pública.


Ha resaltado, además, la «colaboración permanente» del Gobierno aragonés con la Iglesia, aunque ha elogiado al tiempo la labor de los párrocos y de las diócesis de la Comunidad como «fundamental» para la conservación de este patrimonio.


Por su parte, el arzobispo de Zaragoza ha resaltado el valor singular del edificio, 6.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas que estarán destinados en su totalidad a albergar el Museo Diocesano.


Para Ureña, las piezas que se proyecta exponer «son buenas, pero el edificio es excepcionalmente bueno en sí mismo, y ya es parte del propio museo».


La consejera de Educación y Cultura ha precisado que a partir del protocolo suscrito se establecerá un calendario para hacer efectiva la aportación financiera acordada en distintas anualidades.


Ha reconocido que el documento condiciona el apoyo del Ejecutivo aragonés a la habilitación de unos horarios adecuados para que los bienes expuestos puedan ser visitados por los aragoneses en general y los zaragozanos en particular.


Según ha explicado, «la contrapartida es poner a disposición de los aragoneses las obras que tiene la Iglesia, convertir el museo en un elemento más de valor para Zaragoza, y garantizar la conservación de las piezas pero, sobre todo, que sean conocidas y disfrutadas por la sociedad».


A este respecto, ha explicado que en todos los convenios suscritos con la Iglesia para la restauración de su patrimonio mueble e inmueble se han garantizado horarios y medidas para su exposición pública.


«Siempre hemos tenido claro en todo los convenios en los que hemos participado para restaurar bienes eclesiásticos, que han sido muchos, que, desde luego, esos bienes que son restaurados con financiación del Gobierno aragonés tienen que tener unos horarios adecuados para que puedan ser visitados», ha subrayado la consejera.


El Arzobispado de Zaragoza inició en 2005 la restauración conjunta del bloque arquitectónico formado por el Palacio Episcopal y la actual Casa de la Iglesia, que acoge en la actualidad la Curia Diocesana, los servicios generales y la residencia episcopal.