Familiares, amigos y artistas dan el último adiós al pintor Virgilio Albiac

La capilla del cementerio de Torrero, en Zaragoza, se quedó ayer pequeña para sentar a todos los familiares, amigos y personalidades de la cultura aragonesa que acudieron para dar un último adiós al pintor zaragozano Virgilio Albiac, que falleció el pasado viernes a los 98 años de edad. Fue la suya «una vida larga en la que repartió amor entre los suyos», según se dijo en el oficio religioso, en el que la esposa de Albiac, Mª Dolores de la Vega, se vio arropada en todo momento.

En el sepelio estuvo el político Domingo Buesa, también presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, que describió la figura del pintor fallecido como «referencia para comprender el arte aragonés. Albiac será recordado como un gran maestro del paisaje».

El crítico de arte Jaime Esaín destacó la trayectoria «larga y fértil» del pintor zaragozano: «Fue un artista de su tiempo, porque nunca repitió ninguna fórmula. Virgilio Albiac es una de las figuras de la acuarela en Aragón, un maestro de maestros».

También acudieron al entierro del paisajista aragonés los escultores Arturo Gómez y Esperanza Velásquez, de la Asociación Artistas Plásticos Goya-Aragón. Ambos destacaron la labor de Albiac como profesor en la Escuela de Artes Aplicadas y el Instituto Goya: «Fue un gran profesor, gran compañero y gran hombre, además de fantástico artista. Y deja tras de sí, además de su obra, un museo en Fabara, su localidad natal».

Desde Fabara acudieron numerosos amigos, entre ellos el escultor Pepe Valls Latorre, compañero de Albiac desde hace años. «Su marcha es una gran pérdida para el arte aragonés. Se va un gran amigo al que Fabara le está muy agradecida. Nos deja un museo magnífico y su mejor arte», dijo.

La familia del pintor pidió que quienes deseen mostrar su afecto por Virgilio Albiac acudan a la misa funeral que se celebrará hoy a las 19.00 en la parroquia del Perpetuo Socorro, en Zaragoza.