Un nuevo episodio para un rocambolesco guión basado en la dimisión de Álex de la Iglesia como presidente de la Academia de Cine por la ley Sinde. Ni corta ni perezosa, la cineasta Icíar Bollaín (vicepresidenta primera de la institución hasta que se convoquen elecciones en un plazo no superior a tres meses) recriminó ayer al aún presidente que «ha abierto una crisis innecesaria y muy dañina para nuestro cine», y añadió que no puede permitir «que nadie piense» que tiene su «apoyo en todo esto».

«Creo que Álex de la Iglesia en las últimas semanas ha estado representándose a sí mismo y no al colectivo que le votó para presidir la Academia en su nombre, y no puedo estar más en desacuerdo con eso. Creo que no ha respetado el sistema democrático que rige la Academia ni a su junta, ni a los distintos equipos que están trabajando en ella», explicó Bollaín en un comunicado.

Según dijo, ella no considera que el papel del presidente de la Academia sea «mediar en una ley ni participar en su redacción». Bollaín aseguró que ha tratado en todo momento de mantenerse al margen de la polémica.