NUEVA CITA EN EL TEATRO REAL

Plácido Domingo: "El mejor regalo con 70 años es saber que puedo seguir cantando"

El tenor madrileño cambiará de década interpretando en el Real el exigente papel de Orestes en 'Ifigenia en Táuride'.

Plácido Domingo, durante la presentación de ayer.
Plácido Domingo: "El mejor regalo con 70 años es saber que puedo seguir cantando"
JAVIER SORIANO/EFE

Pletórico. Risueño. Satisfecho y contentísimo de estar "de nuevo en casa". Plácido Domingo cumplirá 70 años el próximo día 21. Y lo hará en plenitud. A la edad en la que muchos han entrado de lleno en la tercera edad, el tenor, muy probablemente el mejor del mundo, estrena su tercera juventud. La inaugurará sobre un escenario y 41 años después de su debut en el teatro de la Zarzuela.

El tenor regresa "encantado" al Teatro Real de su Madrid natal, donde el pasado mes de julio ya dio prueba de su magnífica recuperación, tras ser intervenido de un cáncer de colon, con 'Simón Bocanegra'. Vuelve Plácido con una de las óperas más apreciadas de toda la historia, 'Ifigenia en Táuride', una gloriosa composición de Gluck que, para muchos músicos, es tan moderna e influyente hoy como cuando el maestro alemán la compuso en el siglo XVIII.

Placido es Orestes, un papel exigente tanto en lo vocal como en lo escénico. Pero lo ha afrontado con entusiasmo. "Esta 'Ifigenia' será un regalo para mí y una gran sorpresa para el público" promete Plácido, confiado en "cantar unos pocos años más", "tres o cuatro".

Si Plácido ofrece gustoso el regalo se su voz y su presencia a su público, para él no desea otro agasajo que seguir en escena. Como siempre, dice que llega dispuesto "a darlo todo". Que, como un debutante, sigue sintiendo "mariposas en el estómago" antes de cada estreno, y que "la responsabilidad se acrecienta por cantar en casa". Esta, además, encantado con su exigente papel. "Esta ópera es, sin duda, una de las mejores de la historia. Gluck es un genio indiscutible y la fuerza dramática de su melodía y sus apoyaturas y choques de armonía no tienen parangón". No en vano recuerda el tenor que "tanto Mozart como nuestro compatriota Martín y Soler admiraban a Gluck, cuya influencia es muy notable en Mozart".