ESCENA

El teatro une Zaragoza con Chiapas

El colectivo Caracol celebró ayer un festival en el que participaron más de una veintena de artistas y cuya recaudación se donará a las radios libres de este estado mexicano, donde hace 17 años se alzó el Ejército Zapatist.

Niños y adultos, atentos a la participación de los artistas.
El teatro une Zaragoza con Chiapas
A. NAVARRO

Un cable de solidaridad se tendió ayer entre Zaragoza y Chiapas. El III Festival de Teatro Solidario, que se celebró en el centro cívico Estación del Norte, recaudó unos 2.000 euros para las doce radios libres que gestionan los zapatistas en este estado mexicano. Actuaron alrededor de 25 artistas y, mientras los pequeños disfrutaron de las actuaciones de la mañana, la tarde dio paso al cabaret más gamberro.

El acto fue organizado por el colectivo Caracol, que trabaja por la solidaridad con la comunidad indígena de Chiapas, México. "Es importante darle voz a los zapatistas a través de las radios libres, ya que por ahí difunden sus propias noticias y su propia cultura. Necesitan material técnico para que las emisoras funcionen", explicó Carlos García, miembro de Caracol. Además, el festival sirvió para conmemorar el 17 aniversario del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas.

Decenas de niños disfrutaron de los animadores y saltimbanquis del grupo Callejeatro, que condujeron la sesión matutina. Lü de Lürdes, con su vestido de mil colores, relató cuentos solidarios a los pequeños. Las historias de los chimpancés que bailaban sevillanas precedió al la del león coqueto, que se tenía que quedar cuidando a los cachorros ya que era la leona quien cazaba para la familia.

Por otro lado, el grupo Teatro Encantado exhibió su espectáculo 'El Bazar de los Sueños', en el que sus integrantes cantaron a ritmo de guitarra textos y canciones de la argentina María Elena Walsh.

Visita del inspector

Por la tarde, Pepín Banzo y Jaime Ocaña se encargaron de conducir el festival, que contó con la visita de un inspector de la SGAE que se pasó por el acto para solicitar una lista con los artistas participantes. Pero los organizadores del festival alegaron que la totalidad de la recaudación se destinará a un proyecto benéfico y que ninguno de los participantes iba a cobrar por sus actuaciones. Los integrantes de China Chana, que cerraron el festival, no se sorprendieron por la visita. "Nosotros no estamos registrados en la SGAE, pero aún así vienen a casi todos nuestros conciertos", explicó Javier Sánchez, guitarrista del grupo.

Unas 250 personas llenaron por la tarde el centro cívico y disfrutaron de las numerosas actuaciones, como la de Cristina Verbena y sus 'Historias andariegas' y los gags de Deshabilladas.

El monologuista Mario Cobretti invitó en su número a un miembro del público a subirse en el escenario para "beber fuerte los dos", según dijo, aunque al final no le dio oportunidad y fue el artista quien acaparó los licores y gritó a los cuatro vientos: "¡Viva chapas... digo Chiapas!". La música tuvo su hueco en el festival con el flamenco de Compás en la Oficina, que arrancó numerosos aplausos, el rap de Gris Medina y el potente rock de Dadá, que levantó de su asiento a más de un asistente.