Alicia Giménez, premio Nadal

"La Pastora fue una leyenda viva en el Maestrazgo"

Ha ganado el premio Nadal con 'Donde nadie te encuentre', una novela sobre la vida de Teresa Pla Meseguer 'la maquis hermafrodita', 'la Pastora', un personaje real y alucinante.

La escritora Alicia Giménez Bartlett posa tras ganar el premio Nadal con la novela 'Donde nadie te encuentre'.
"La Pastora fue una leyenda viva en el Maestrazgo"
ALBERTO ESTéVEZ/EFE

Indómita, terrible, sanguinaria, sin entrañas. Con calificativos de este porte se refería la prensa y la historia oficial a Teresa Pla Meseguer (1917, Vallibona, Castellón-2004), la "maquis hermafrodita", alias 'la Pastora', 'Teresota' o 'Durruti'. Un personaje real que inició su vida como mujer y la acabó como varón -Florencio- después de llevar una vida salvaje en el monte -con el maquis primero y como contrabandista después-, ser condenada a muerte y acabar amnistiada.


A esta legendario y oscuro personaje dedica Alicia Giménez Bartlett (Almansa, 1951) la novela 'Donde nadie te encuentre', que le ha dado el 67 premio Nadal. Es un registro muy diferente al policíaco de su apreciada inspectora Petra Delicado que le dio fama y popularidad. Pero Barlett seguirá nadando entre dos aguas "entre el jazz, que sería la novela negra, y la seriedad de la ópera, que sería el registro, digamos, más serio".


Un potente personaje real ¿para una novela histórica?

Un personaje muy real, enigmático y fascinante, pero no en novela histórica. Está más cerca de la novela de aventuras. La protagonizan dos hombres, un psiquiatra francés y un periodista catalán -de ficción- que van en busca datos sobre una bandolera mítica en la terrible España de los 50. La Guardia Civil la persiguió sin éxito años y años. Solo la detuvieron cuando ella se dejó tras ser delatada en 1960. Su imagen inundaba cuarteles y comisarías. Eso alimentó el mito y la leyenda negra e hizo que la gente le atribuyera asesinatos que no había cometido. La colgaron nada menos que 29.


¿Cómo conoció al personaje?

Era un mito popular, una leyenda viva en la zona del Maestrazgo. Las chicas de entonces cantábamos 'Viva la Guardia Civil que ha atrapado a la Pastora, mujer de malos instintos, fea mala y pecadora'. La curiosidad y el mito se acrecentaron. Intenté desvelarlo hace una década y fue imposible. Nadie hablaba. Hallé archivos cerrados a cal y canto, hasta que di con el trabajo del periodista local José Calvo, que recopiló durante siete años datos y testimonios directos en la zona agreste, dura y salvaje donde se movió este personaje increíble. La potencia de la historia era brutal. Acumulé material y esta vez sí cuajé la historia.


La de un ser tan fuerte como vulnerable que no confirma su sexo hasta más allá de los 30 años.

Sí. El equilibrio entre fragilidad y fortaleza, entre ternura y terror marcó su peripecia. La rechazó la familia, hasta casi matarla y su entorno fue de una hostilidad y violencia sin cuento. Su soledad como pastora fue su primera salvación. La segunda el maquis, donde buscó y encontró calor humano, amistad y ausencia de prejuicios. Ingresó no tanto por cuestiones políticas, como por buscar una identidad y unos compañeros que no la esclavizaran en su condición sexual, que aceptaran que si cambiaba de sexo, como ocurrió, no la señalarían como culpable. Las aventuras que vivió con el maquis -donde aprendió a leer- son increíbles, superan cualquier ficción.


¿La juzga?

Ni hago un juicio moral del personaje ni la reivindico como un ángel o la santifico. Sabemos que era ruda y vengativa, que llevó una vida terrorífica en un contexto durísimo. Me acerco al lado humano, con los datos disponibles y en el marco de la España terrible de los 50. Ya no era la posguerra pura y dura del hambre. Se vivía en un Estado no diré policial, pero sí de desconfianza, miedo sospecha y vigilancia permanente. No se habían superado muchas cosas, y menos en la España rural. No soy de lágrima fácil, pero su vida me conmovió y me escandalizó por la dureza y la impiedad con la que el país cayó sobre ella.


¿Cómo la trató la prensa de la época?

Despiadadamente. La más amarilla -'El Caso'- y la oficial se cebaron con ella y la presentaron como un ser monstruoso sediento de sangre, implacable y brutal. Yo trato de ver el otro lado y constatar que seres que tenemos por salvajes y despiadados, bestiales y sin horizontes, también tienen sentimientos y su corazoncito.


La Pastora vivió hasta 2004. ¿La conoció?

No. Me baso en el testimonio que quienes la conocieron y la trataron en sus dos últimos procesos, en Castellón y Tarragona, acusada de los asesinatos de 21 guardias civiles, siete alcaldes y un ermitaño. Entonces ya vivía como un hombre con cierta dignidad. En mi vida me he cruzado con una mirada con tanta tristeza como la que se percibe en sus únicas fotos, la última del año 2000. Si la hubiera conocido sabiendo que vivió y sufrió tanto, no hubiera sabido qué preguntarle.


¿Resolvió el conflicto de su identidad?

Muy tarde. Su padre la registró como mujer. La encarcelan en una cárcel de mujeres. Los forenses la exploran y concluyen que es un caso de falso hermafroditismo, con una grave malformación genital. Imposibilitada para cualquier relación sexual como hombre y como mujer. Adopta en la cárcel la identidad de Florencio y muere como un hombre en 2004 en la casa de uno de sus carceleros que la acogió al recuperar la libertad.


¿Esta novela es otra etapa en su viaje de vuelta de la novela negra cada vez más lejos de Petra Delicado?

Ese viaje no existe. Entre Petra y Petra he escrito otro tipo de novela, bien es cierto que con menos éxito. Pero ambos registros han discurrido y discurrirán en paralelo. Petra me ha dado casi todo, el contacto con la gente, con los autores de novela negra, que son muy divertidos y nada solemnes. Si la alta literatura es la música clásica o la ópera, la novela negra es como el jazz. No deben envidiarse los unos a los otros, pero para el autor siempre es más grato un concierto de jazz.


¿Habrá película de esta novela?

Quién sabe. No se me pasa por la cabeza ni es una de mis prioridades. Tal como está el cine español, quizá no interese el tema. Y eso que lo de la serie y la tele fue entretenido y me dio muchos lectores. Me divirtió meter las narices en un mundo más omnipotente y menos cutre que el de los libros.


¿Le joroba tener más lectores en Italia o Alemania que en casa?

En Alemania e Italia Petra Delicado es 'best-seller'. En Francia ha arrancado muy fuerte, y cada vez se suman más países. Con la novela negra, que es muy sociológica, leemos al autor del país de al lado o del nórdico porque nos descubre una cotidianeidad nueva. La literatura mas genérica ha perdido la testimonialidad y se considera garbancera. No diré que estamos en un país cainita que no percibe el talento propio, pero las cosas son como son.