Esta tarde, a las 20.00, se inaugurará en Barbastro una exposición-homenaje a Julieta, pintora naïf nacida en Barbastro. La UNED es la organizadora y será su sala de exposiciones la que acoja esta muestra, compuesta principalmente por cuadros de Julieta, 'Always', y por otros documentos relacionados con su vida y con su obra. Nacida en Barbastro en 1899, miembro de una familia acomodada, la muerte de su madre lo alteró todo. Estudió en el Colegio de Santa Rosa de Huesca, donde además recibió clases de piano, solfeo y dibujo. Por aquellos años, Ramón Acín era profesor de dibujo y allí compartió clases con destacadas personalidades.

Julieta reaparece más tarde, según los documentos disponibles, en el Folies Bergère parisino, como primera vedette. De ahí la firma que luego adoptaría para sus pinturas, 'Always', ya que era la frase que repetían las coristas del Folies al retirarse de escena. En la capital francesa trató con los existencialistas y, a su regreso a España, fue amiga del entonces presidente de la República, Calvo Sotelo.

Volvió a Barbastro, donde vivió libre, rechazando ayudas, desde la de su hermano, que vivía en Barcelona, a la de otros familiares. Voceaba 'La Vanguardia' y 'Heraldo de Aragón', y la recuerdan en la estación, explicando la teoría de la Relatividad. Fue un ser poliédrico donde los haya. A una tertulia de los años 50 solía acudir con una jaula dentro de la cual llevaba un zapato. Si algo no le gustaba, le preguntaba al zapato su opinión. Y en una comida para Navidad, dentro de la campaña 'Ponga un pobre en su mesa', el arzobispo de Barbastro la invitó. En el brindis, ella se levantó y gritó: "¡Viva la República!".

Tras un accidente, acabó sus días en la Hermanitas de los Ancianos y falleció en 1979. Fue un cuadro de Modesto Cuixart, titulado 'La bruja Barbastro', el que puso sobre la pista de Julieta, que durante un periodo de su vida (años 50), necesitó recuperar sus recuerdos y pintó. Ahora, aquellos cuadros, que a punto estuvieron de ser quemados por las monjas, vuelven a Barbastro.