Elena Ochoa, antes sexóloga y hoy lady Foster y editora de libros de artista, contactó con los albaceas del legado del genial y atormentado artista y se le permitió visitar aquel santuario-basurero antes de que se trasladara a Dublín. La esposa de sir Norman Foster y alma de la selecta editorial Ivorypress quiso perpetuar la memoria de Bacon a partir de aquella heterogénea basura amontonada durante años en un cuchitril crucial para la historia del arte del siglo XX. Un detrito esencial para el proceso creativo de Bacon que Ochoa encerró en una valija-facsímil.

Hurgó Ochoa aquel material tan diverso y seleccionó entre miles de 'despojos' casi un centenar de documentos. Había

fotos, recortes, libros, apuntes, bocetos, manuscritos, harapos y cajas de bebidas. Son 76 elementos reeditados y reconstruidos en facsímiles en una labor entre detectivesca y titánica. Un material que se encerró en una maleta, facsímil de una valija de cuero hallada en el estudio, que atesora la huella más honda de Bacon.

Un centenar de expertos de las disciplinas más diversas y artesanos de los cinco continentes han trabajado en este proyecto editorial y expositivo bautizado como 'Detritus'. Curtidores, impresores, tipógrafos, fotógrafos, grafólogos, papeleros, y un inacabable etcétera de especialistas aportaron sus saberes y su grano de arena. Cada una de las 25 maletas-facsímil cuesta 102.000 euros -"no negociables" ironiza Elena Ochoa-, pero los ejemplares se los disputan coleccionistas, instituciones y museos de medio mundo. Apenas quedan unas cuantas maletas a la venta y en España se ha vendida una, al Museo Reina Sofía.

La novedad es que ahora, y por primera vez, estos facsímiles se exponen fuera de la maleta en las vitrinas de Ivorypress en Madrid (www.ivorypress.com) hasta el 5 de febrero. Cada ejemplar está numerado y autentificado.