LOS ESTUDIOS

Años y métodos de formación

Magdalena se educó en el historicismo y optó por el eclecticismo.

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Años y métodos de formación
ARCHIVO RICARDO MARCO

Si la personalidad emocional de Ricardo Magdalena viene marcada por sus vivencias durante su infancia, la personalidad arquitectónica viene determinada por la enseñanza que recibió en la Escuela de Arquitectura de Madrid.


El siglo XIX está estrechamente vinculado con la Revolución Industrial y las implicaciones que ello lleva implícito. Implicaciones de tipo técnico: La aparición de nuevos materiales, el hierro, y consecuentemente nuevos sistemas constructivos.


Estas nuevas técnicas ofrecen nuevas posibilidades estilísticas. Implicaciones de tipo sociológico: la aparición y complejidad de nuevas funciones obligan a nuevos planteamientos. Las fábricas, las estaciones de ferrocarril, los mercados, los puentes, las cárceles, las bibliotecas, ... la arquitectura clásica era incapaz de resolver y asumir dichos usos y exigía una nueva respuesta. Implicaciones sociopolíticas: en el siglo XIX en España políticamente existe una permanente confrontación entre conservadores y liberales. La escuela de Arquitectura de Madrid, fundada en 1845, tiene hasta final de siglo un total de ocho planes de estudio que se corresponden con la alternancia política.Esta dualidad política tiene su trasunto o analogía arquitectónica en dos posturas claramente diferenciadas: la arquitectura que propone la Academia, que da cobertura a planteamientos clasicistas (Arquitectura como Arte) frente a la arquitectura que propone la Escuela, que poco a poco va imponiendo la desaparición de la unidad del gusto y del estilo proponiendo una arquitectura ecléctica (Arquitectura como técnica).


La Real Academia de Bellas Artes se funda definitivamente en 1752. Nació con vocación docente, aunque pronto se le concede competencia para la censura (1786) mediante la denominada Comisión de Arquitectura, cuyos objetivos eran tanto el cumplimiento de las ordenanzas legales, como intervenir en la aprobación de los parámetros compositivos del edificio.


En 1845, con Isabel II, se crea el Primer Plan de Estudios para la Escuela de Arquitectura de Madrid, que inicialmente fue una segregación tutelada por la Academia, es decir, un apéndice de la misma, siendo más una autonomía administrativa que ideológica (es en 1845 cuando a la Academia se le añade el título de San Fernando). En 50 años se redactan ocho planes distintos 1845, 1848, 1855, 1857, 1868, 1875, 1885 y 1896, que indican el color político de cada momento.


El plan con el que estudia Ricardo Magdalena contempla un total de diez asignaturas, siete de copia (de planos topográficos, de yesos, de detalles, de lineal, de figura, de paisaje, de conjuntos arquitectónicos) y tres de proyectos propiamente dichos


Evidentemente, era una enseñanza cuyo objetivo básico era el de proporcionar un modelo de actuación (imitación) y no un criterio para proyectar (creación).


La lucha entre la ‘línea de la Academia’ y la ‘línea de la Escuela’ era evidente. La tipología (léase copia) propuesta por la Academia era conceptualmente cerrada e intrínsecamente restrictiva.


La Escuela tomó como modelo el propuesto por Duran, que era flexible y versátil. En su publicación ‘Compendio de las lecciones de Arquitectura’ publicado en 1900 por la politécnica de París, Durán abandona los planteamientos tipológicos y propone una metodología de diseño nueva... hace de la composición arquitectónica una teoría combinatoria que asocia entre sí distintos elementos de la arquitectura ... nace el eclecticismo (eclein: escoger).


En definitiva, va a ser una constante durante el siglo XIX la pugna entre el eclecticismo clasicista y nostálgico frente al eclecticismo creativo y racional.


La Academia obvió el debate técnico y se centró en el debate estilístico. Para la Academia el eclecticismo era incapaz de crear un nuevo estilo, no entendiendo que en la adecuada elección y selección de elementos que conlleva la superposición de estilos estaba el secreto de la nueva arquitectura. El debate permanece entre arte y técnica, tipo y modelo, tipología y metodología, normas académicas (estrictas y rígidas) y libertad composita (flexible y versátil), tradición y Revolución industrial, Imitación e Invención. En definitiva, entre Academicismo y Eclecticismo, que son el caldo de cultivo de la nueva arquitectura.


Entre ambas una tercera línea arquitectónica, la Arquitectura del Hierro, que desde el Palacio de Cristal de Paxtón (1851) seguiría con paso lento pero decisivo hasta triunfar definitivamente en el siglo XXI. Pasando por la Escuela de Chicago en la que Sullivan (alumno de L’ecole de Beaux Arts de Paris) acuñó la frase ‘la forma sigue a la función’, que marcó un antes y un después de las teorías y estéticas arquitectónicas.


Con éste bagaje cultural se gradúa Ricardo Magdalena en 1873.


Se alinea con las tesis de Domenechi i Montaner que expresa en su discurso teórico publicado en 1878 y titulado ‘En busca de una arquitectura nacional’ donde introduce un concepto, una categoría imprescindible para la arquitectura nacional: lo moderno.


En esta línea de modernidad se mueve Ricardo Magdalena, en el que a las plantas que las nuevas experiencias y necesidades nos imponen se incorpora un elenco de vocabulario histórico.


En definitiva, una trayectoria con una producción arquitectónica de gran contenido historicista; una producción prolífica y diversificada con un dominio de la ciencia, de la técnica y de las artes y oficios; una actualización y depuración de los elementos de composición clásicos. Éstos son sólo algunos de los registros que maneja este arquitecto sólido que fue Ricardo Magdalena, y que ha entrado en la historia de nuestra ciudad de manera insoslayable.