NAVIDAD

El desierto y el Polo, juntos en la plaza del Pilar

Las atracciones de la plaza del Pilar,en especial los paseos en dromedario y la pista de hielo, hicieron ayer las delicias de los más pequeños.

Los dromedarios componen una estampa sorprendente en la plaza del Pilar.
El desierto y el Polo, juntos en la plaza del Pilar
ARáNZAZU NAVARRO

L a plaza del Pilar se convirtió ayer en una amalgama de sensaciones. Al tradicional foco de atención, el belén, que recibe todos los años miles de visitas, se le han sumado este año otros dos: los viajes en dromedario y la pista de hielo. "No hay que preocuparse, que en cinco minutos se le coge el tranquillo. Acaba de entrar un niño de cinco años y sus padres se han quedado alucinados de lo pronto que ha empezado a patinar", aseguraba ayer Yolanda Romero, de Multiocio y Gestión, la empresa de Granada que ha montado la pista de hielo de 30 por 17 metros en la plaza del Pilar. Pero, pese a sus afirmaciones, los no iniciados, como era de esperar, acababan 'besando el suelo'.

La pista abre de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00, ofrece patines desde la talla 27 a la 47 y solo obliga a usar guantes, para que el usuario no se lastime con las cuchillas. El hielo tiene siete centímetros de grosor, aunque en una esquina, ayer, estaba un poco licuado. Nada de eso parecía importarle ayer a Oihane Estévez, de La Puebla de Alfindén, que se atrevía a hacer giros sobre la pista. "He patinado algo, sobre ruedas y sobre hielo, y la verdad es que es muy divertido. Esta pista está muy bien, tiene algún pequeño bache, pero no importa". Oihane acudió a la plaza del Pilar con su abuela, Ana. Y es que esa es una de las características del ambiente frente a la basílica. Muy familiar, se ven juntos a padres y a hijos pero, también, a abuelos y nietos.

Patinar durante una hora en la pista cuesta cinco euros, lo mismo que dejarse seducir por otra de las grandes atracciones de la plaza, el 'viaje' en dromedario. Aunque, en este caso, el billete azulón da derecho únicamente a quince minutos de 'atracción'. Los animales duermen en dos carpas junto a la fuente de la Hispanidad, comen alfalfa y paja y trabajan, como en cualquier gran empresa, a turnos. "Hemos traído once, de los que cinco trabajarán por la mañana y seis por la tarde", señala Roberto Sama, de Ganados Tolubio. Empezaron ayer por la tarde, prácticamente con el mismo horario que la pista de hielo.

Y, mientras, en la plaza, 37 puestos de artesanía y alimentación, los bomberos con su calendario, dos tiovivos, estatuas vivientes y vendedores de globos intentan hacer su agosto en plena Navidad. ¿Se gastará este año? Juan Carlos González el Canario, vendedor de cupones, se teme lo peor. "El indicador está en rojo. Pero lo que temo es el año que viene. 2011 es el año de la gran crisis".