¿Cómo era José Luis Pomarón como profesional de la imagen?

Me parece que fue un artista muy completo. Tenía una maestría innata para el dibujo desde niño, la fotografía era su oficio y el cine su pasión. Como cineasta me parece increíble que con tan pocos medios se las ingeniara para hacer películas prácticamente él solo y más en mitad de una dictadura cuando la vida no era tan fácil como ahora. Como fotógrafo valoro muchísimo su corrección y uso de la iluminación en los retratos y que a la vez fuera tan inquieto e investigara con solarizaciones, bajorrelieves, etc.

¿Y como abuelo?

Mi abuelo falleció en un accidente de coche cuando yo tenía 6 años así que no tengo muchos recuerdos propios. Pero sí tenemos películas en Super 8 y fotos en las que aparezco con él y sé que me quería mucho. Fui su primera nieta y después de dos hijos la primera niña le hacía mucha ilusión. Esto lo sé porque nos lo contó su amigo Manuel Sampietro.

Javier Hernández subraya en 'Pomarón al cubo' el mérito que tuvo Pomarón de hacer cosas en un contexto histórico difícil. Luis Alegre, su humildad y talento. Avellaned, su capacidad para enseñar. Para usted, ¿cuál fue su principal aportación?

En el marco de la Tertulia Cinematográfica Aragonesa, que reunía a varios cineastas amateurs, me parece que él fue un poco el alma del grupo por todo lo que acabas de decir. Era una persona humilde y tímida pero con mucho talento y siempre estaba dispuesto a echar una mano a sus compañeros si le necesitaban.

¿En qué medida influyó él en la vocación de usted?

Pues la verdad es que no he recibido una influencia directa, quiero decir que mis padres no me han dirigido de pequeña hacia este mundo? Mi padre es fotógrafo y pintor también y la casa de mi abuela estaba llena con todos los libros sobre cine, fotografía, historia? que eran de mi abuelo, así que inconscientemente la influencia debe estar ahí.

Codirige y monta este documental con Germán Roda, ¿por qué?

En realidad fue Germán quien tuvo la idea de hacer el documental y él ha sido el impulsor del proyecto. Somos amigos desde hace años y aprovechando que yo me quedé en el paro me propuso empezar el proyecto juntos. Germán ya ha dirigido más documentales por lo que si ha quedado muy bien ha sido gracias a él. Que él no tenga el vínculo emocional ha sido muy importante. Al principio, en la fase de documentación, leyendo las cartas de los amigos de mi abuelo y viendo las películas me saltaban las lágrimas y me costaba seguir. Germán ha estado ahí todo el tiempo para empujarme.

¿Qué ha descubierto de su abuelo haciendo este audiovisual?

Muchas cosas, muchísimas. Conocer a sus amigos, las personas que convivieron con él y notar el cariño con el que me hablaban de él. Me hacían sentir muy orgullosa. He descubierto a un entusiasta incansable, muy trabajador, loco por el cine, artesano y muy buena persona. No sé cómo le daban las horas para hacer tantas cosas. Me da muchísima tristeza que la vida nos separara tan pronto. Era director y artista y podría haber aprendido muchísimo de él. Con todo lo que ha cambiado la imagen, hay películas suyas tan modernas que siguen siendo muy interesantes. También he descubierto su voz. Encontré una cinta casete en la que está grabada una entrevista que le hicieron en la radio. Así que 23 años después he podido oír su voz y es algo muy emocionante...

¿Cuáles eran su película, su cuadro y su fotografía favorita?

Como a Manuel Rotellar, le gustaba el cine del expresionismo alemán, en pintura 'La Virgen de las Rocas' de Da Vinci y fotografía seguro que alguna de las que le hizo a mi abuela ¡que era un bellezón!