Tomás Bosque fue uno de los cantautores de referencia en el Bajo Aragón, en un tiempo en el que España vivía los últimos coletazos del Franquismo. Tras diez años en escena, en 1979 decidió retirarse y se dedicó a su carrera musical en su vertiente docente, y llegó a fundar su propia academia en Zaragoza. Sin dejar esta faceta, ha sentido la llamada del público y anoche se reencontró con parte de él en el palacio Ardid de Alcañiz. Lo hizo ante un nutrido patio de butacas compuesto por amigos, autoridades de diferentes ayuntamientos de la zona y gente de todas las edades, y arropado por Raúl Soria al piano y Ángel Sanz a la guitarra.

Siempre ha defendido el catalán como su lengua materna, por ello la presentación de Alcañiz se realizó en las dos lenguas. En la velada se visionó el documental sobre el cantautor rodado en La Codoñera en 1978 titulado 'Temps de cançons'. Un jovencísimo y melenudo Tomás Bosque aparecía interpretando algunos de sus éxitos y entrevistado en catalán. El vídeo fue el preludio de la primera parte de la actuación, en la que interpretó cinco piezas en castellano.

En su segundo bloque se centró en nuevos temas pero, antes, presentó su libro 'Melodía provençal. Poesía, música i prosa'.

No ha ocultado sus ganas por volver a escena y este regreso comenzó a fraguarse antes de la Expo de 2008. "Compuse unas canciones para Plácido Domingo pero al final no vino. Las tenía y me centré en los arreglos y orquestaciones y, como me apetecía cantar en público de nuevo, me decidí", comentó. Unos días antes de la actuación de anoche, Bosque ofreció dos pequeños conciertos en Maella y en Alcorisa, aunque quedaba pendiente la capital del Bajo Aragón. "Nunca me he desvinculado del todo del público. Sería imposible retirarse por completo y volver de repente", aseguró.

En su vuelta, quiso recordar a José Antonio Labordeta, hombre con el que compartió muchos escenarios en un periodo en el que "el fenómeno de la canción protesta congregaba a miles de personas en los polideportivos donde actuábamos", concluyó.