JOSÉ LUIS CORRAL, ESCRITOR

"Debemos conocer lo nuestro para quererlo"

José Luis Corral sonríe en un rincón de la historia aragonesa, en la Aljafería.
"Debemos conocer lo nuestro para quererlo"
HERALDO

No le observo la mochila, pero se le ve dispuesto para el embarque. Vamos a arremangarnos. Este viaje promete. ¿Hacia donde nos lleva, viejo amigo?

La literatura nos permite viajar en el tiempo, trasladar el pasado al presente. Considero que este itinerario es apasionante.

Antes, he escrito literatura con minúscula. Si le parece, lo escribo ahora con mayúscula: Literatura. De forma más concreta: Biblioteca Aragonesa HERALDO.

Me parece, por supuesto que me parece. Desde el 21 de noviembre van a aparecer con el periódico 15 volúmenes seleccionados de autores aragoneses.

¿Aragón es tierra de escritores?

Sí, pero debemos conocer lo nuestro para quererlo. Se puede amar Aragón a través de esta colección. Además, leer constituye un ejercicio intelectual insuperable.

En la primera entrega, iniciamos el recorrido con Pedro Saputo, de Braulio Foz.

Pedro Saputo es la referencia folclórica y costumbrista del Aragón del siglo XIX, de una España triste y mísera semejante, de alguna forma, a la picaresca de la España del Siglo de Oro.

Temporalmente, la travesía arranca dos milenios antes, con el bilbilitano Marcial y 'Epigramas'.

Marcial es el gran satírico de la literatura universal, con sus poemas mordaces sobre Roma.

¿Como el cinismo de Diógenes?

No es un cínico; es un satírico. Y aragonés. Aunque Aragón como tal no existiera en ese tiempo.

Próxima estación: el medievo.

Ibn Paquda, con 'Los deberes de los corazones', ofrece uno de los cinco grandes libros del pensamiento judío. Avempace, musulmán, su contemporáneo, introdujo en occidente la filosofía de Aristóteles. Presenta 'El régimen del solitario'. Pedro Alfonso, un judío que se convierte al cristianismo, también escribe en esa época su 'Disciplina clericalis'.

Se ruega silencio. Y brevedad: Baltasar Gracián.

Sin duda, uno de los cinco intelectuales aragoneses más importantes de todos los tiempos. Es la esencia, con 'Oráculo manual'.

Abreviemos, que no va a quedar espacio para hablar de política.

También está Luis Buñuel. Junto a Goya, el gran icono aragonés, con 'Mi último suspiro'. Y Ana María Navales y 'Cuentos de Bloomsbury'. Rosendo Tello, el gran poeta aragonés, con 'Hacia el final del laberinto'. Por supuesto, Javier Tomeo y su surrealismo, su contundencia, su perspectiva vital en 'Amado monstruo'. Y Jesús Moncada y su mirada interior a través de 'Camino sirga'. O Ángeles de Irisarri, la mujer que mira lo que a otros se escapa en '10 relatos de Goya y su tiempo'.

Si me permite, continúo: 'Réquiem por un campesino español', de Ramón J. Sender.

Sin duda, el gran escritor aragonés del siglo XX.

Y Lázaro Carreter, y el imprescindible 'El dardo de la palabra'.

Dice bien: imprescindible para escribir correctamente. Carreter es el gran maestro del uso del idioma.

Concluiremos con usted.

Soy un modesto historiador que intenta recuperar la Historia a través de la Literatura. Lo intenté con 'El invierno de la corona', por ejemplo.

¿Hablamos ahora de política?

Me gusta mucho más la Literatura, la Historia, Aragón. Y eso es lo que nos ofrece la Biblioteca Aragonesa de HERALDO.

"Se puede amar Aragón con la colección literaria que va a ofrecer HERALDO"