HISTORIA

Santos Juliá: va de Historia

Una gavilla de ensayos sobre la convulsa españa contemporánea.

Un historiador de referencia.
Santos Juliá: va de Historia
OLIVER DUCH

Santos Juliá es uno de los historiadores españoles más importantes de y sobre el siglo XX (y de lo que llevamos de XXI). Perteneciente a la generación de historiadores formada en la universidad franquista que rechazó de plano sus paradigmas, es de los pocos que aún no han pasado a la reserva intelectual —tal vez por el síndrome del ciclista: si deja de pedalear, corre el riesgo de caer. De obra extensa y viva, su influencia en la historiografía es mucho mayor de la ya de por sí importante sobre la opinión pública con sus artículos en ‘El País’. ‘Hoy no es ayer’, título que más que una obviedad es toda una declaración de principios, es un libro de preciosa edición (cuadro en portada del Equipo Crónica incluido), que recopila algunos de los artículos, capítulos de libro y ensayos sueltos que ha ido escribiendo en los últimos años, referidos a la historia española del siglo XX. Si alguien se pregunta por qué es recurrentemente el blanco de iras furibundas y ataques ad hominem, en los que se descalifica miserablemente su trabajo de historiador y, las más de las veces y a falta de argumento mejor, a su persona, en este libro el lector descubrirá fácilmente los porqués.


Santos Juliá previene contra algunos de los males que acechan al pasado y a su recuerdo y traza una mirada al Novecientos español en la que no caben ni el presentismo ni el moralismo de las ortodoxias (revisionista o memorialista, pero ortodoxias).


Que hoy no sea ayer quiere decir que, aunque no podamos ser tan ingenuos como para no saber que la mirada del historiador forma parte del relato histórico, el pretérito no puede ser ni visto exclusivamente con los anteojos del presente, ni declinado solo para legitimarlo; que toca analizar ese pasado comprendiendo y permitiendo a sus sujetos expresarse y ser representados de manera coherente con como existieron, con las ideas que tuvieron y las aspiraciones que albergaron, y no solo como nos hubiera gustado que existiesen y pensasen; y, en definitiva y en consecuencia, que hay que empezar a poner en suspenso los mitos y prejuicios del fracaso, la decadencia casi perpetua, el dolor, la anomalía, el silencio o el olvido para atender a la historia. E historia, que no memoria, de la cultura, de la sociedad, de los intelectuales, de las ideas de guerra y de las de paz, de los olvidos en la España del Veinte es lo que encontramos por los cuatro costados de este libro.


Memoria de un país complejo

Su España contemporánea es un país complejo, no tan diferente a los de su entorno, aunque marcado por un fenómeno diferencial: que las tensiones propias de la Europa del primer tercio de siglo, que en otros países tuvieron como resultado el refuerzo de la democracia o el ascenso de fascismos y autoritarismos, desembocaron aquí en una guerra de exterminio dentro de las propias fronteras. “Los siglos podridos reventando”, que dijera Miguel Labordeta, y que habrían dado razón a tanto pesimismo.


Pero Santos Juliá aborda la historia de la república sin que deba necesariamente acabar en una guerra —incluso se lanza a la ucronía, al pensar cómo habría sido España sin el golpe del 36—, la guerra como un conflicto mucho más complejo que la habitual interpretación moral de buenos y malos, y el franquismo como un régimen necesariamente salido de ella. Un régimen despiadado, pero no por ello una mancha gris homogénea y sin matices, surgido de las entrañas de un conflicto anacrónicamente moderno, valga el oxímoron.


Y un régimen, por fin, del que se salió, no sin dificultades ni elaboración cultural previa, en medio de renuncias y de echar al pasado la guerra, a lo largo de un proceso, que no período, de compleja democratización. Algunos de estos artículos son célebres en la pequeña historia de la polémica interpretativa sobre el pasado reciente español. No es necesario estar enteramente de acuerdo con ellos para disfrutar de este magnífico libro.