ARTE

La Fundación Godia reivindica la pintura española del siglo XVIII

Inaugura una muestra en su sede barcelonesa con obras de Bayeu, González Velázquez, Mengs y Goya.

'La obra, con la conducción de un sillar', de Goya.
La Fundación Godia reivindica la pintura española del siglo XVIII
FUNDACIóN GODIA

Obras de Luca Giordano, Giambattista y Lorenzo Tiepolo, Mengs, Luis Meléndez, Francisco Bayeu y Goya se pueden ver desde ayer en la Fundación Godia, en una exposición que pretende mostrar el poco conocido esplendor de la pintura del siglo XVIII en España.


Las obras de la exposición, que estará abierta al público desde el 10 de noviembre al 13 de febrero, proceden en su mayoría de colecciones privadas, con aportaciones puntuales del museo del Prado y del museo Thyssen-Bornemisza.

Entre las piezas expuestas destaca 'La obra, con la conducción de un sillar', una de las escasas pinturas de Francisco de Goya presente en las colecciones catalanas, perteneciente a la colección del Grupo Planeta y que hasta ahora solo se había podido ver en una exposición organizada por el Prado en Madrid y Suiza.


La muestra se inicia con tres estudios preparatorios de Luca Giordano para el friso monumental dedicado a la batalla de San Quintín del monasterio de El Escorial. Pintados al óleo sobre tela, estos bocetos reproducen de manera fiel el espíritu de la obra, para que el rey Carlos II pudiera aprobarla.


La comisaria adjunta de la exposición, Mercè Obón, que ha asistido al doctor José Milicua en la coordinación de la muestra, explicó ayer, en la presentación de la muestra, que "lo más difícil fue encontrar el concepto que aglutinara todas las pinturas del siglo XVIII que había en las colecciones particulares". Según Obón, "el discurso permite apreciar toda la riqueza y complejidad de este periodo tan rico, desde la postreras manifestaciones del barroco al rococó, el neoclasicismo y el prerromanticismo".


Los grandes pintores de la corte


La pintura del Siglo de Oro español, el XVII, con su grandeza única, ha dejado en segundo término, remarcó Milicua, al siglo XVIII, "mitológico, religioso, realista o galante". El siglo XVIII, añadió la comisaria, destaca además por "la presencia en España de artistas extranjeros que, con el cambio dinástico, llegan a España para pintar para la Corte".


Todos los pintores que se presentan en la exposición tienen en común que trabajaron para la corte. Corrado Giaquinto fue pintor de cámara de Fernando VI. Pintó en El Escorial y en Aranjuez y ejerció una influencia decisiva sobre el joven Goya. En la exposición se muestra una escena mitológica, 'Venus y Cupido', y un óleo de tema religioso: la 'Visión de Santa Teresa', que muestran la dualidad esencial de este periodo. Entre los seguidores de Giaquinto cabe destacar a Antonio González Velázquez, de quien se expone 'La fragua de Vulcano' (1752), una composición en claroscuro, de gran impacto visual.


Pintores italianos como los Tiepolo, o formados en Italia, como Anton Raphael Mengs, nacido en Bohemia, "sirvieron de modelo para los pintores españoles". Mengs llevó a cabo la mayor parte de su obra en la corte de Madrid. El autorretrato del artista, de 1774-1777, es una pieza extraordinaria, por su naturalismo y profundidad psicológica.


Francisco Bayeu, de quien se expone 'Pentecostés' (1769), creció como artista al lado de Mengs, presente en la exposición con un naturalista y psicológico autorretrato de 1774-1777. El clasicista Mariano Salvador Maella, de quien se exhibe 'La caída del mulo' (1777-1778), fue también un pintor que recibió la influencia de Mengs.


El núcleo central de la exposición es Goya, del cual se presentan dos obras muy referenciadas pero poco vistas: 'Sacrificio a Vesta' (1771) y 'Sacrificio a Pan' (1771), que revelan el interés del artista por los temas mitológicos, a raíz del viaje a Roma del año anterior.


Junto a estas piezas se puede ver un Goya clásico, el 'Retrato de Asensio Juliá', actualmente en el Museo Thyssen de Madrid, un amigo y discípulo de Goya y que fue uno de los precursores del romanticismo pictórico; y 'La Beata' (1795) que, según Obón, es una antesala de los 'Caprichos'.


La exposición se cierra con "una pequeña pincelada" de los primeros balbuceos del Romanticismo en la paleta de Vicente López, del que se muestran dos obras.


Según la comisaria, aunque la composición de una de ellas, 'Moisés con la zarza ardiente' (1798-1800) recuerda ciertas obras de Giambattista Tiepolo, "la intención es muy distinta, pues destaca el realismo de las figuras y el dramatismo de la escena". El otro cuadro, el "Retrato del canónigo Liñán" (1835), es una obra representativa de la madurez de López.


La muestra puede visitarse en la sede de la fundación (Diputación, 250, Barcelona).