Lectura

Las bibliotecas, refugio ante la crisis

Ahorrar pasa también por pedir prestado un libro, y hasta alquilarlo, antes que comprarlo. Los centros públicos ganan usuarios que sacan provecho a servicios como los de internet para buscar empleo, aunque el incremento de público se atribuye también a la mejora de las prestaciones.

Las bibliotecas resurgen ante la crisis? Es difícil saber si los malos tiempos que corren son la causa directa del sensible aumento de usuarios que acceden a estos centros y la cada vez mayor demanda de servicios como internet. Basta con acercarse un rato a la Biblioteca de Aragón, que abre sus puertas en la calle del Doctor Cerrada de Zaragoza, para comprobar que ahorrar pasa también por pedir prestado un libro o una película y hacer uso de la hora de ordenador para escudriñar las ofertas de empleo. Muchos se resguardan también tras una novela, un periódico o una revista.

Eva Borau, de 33 años, es licenciada en Geología, pero, después de trabajar como autónoma en su campo durante algún tiempo, terminó en el paro. Tras probar suerte en el servicio municipal de jardinería en una localidad de Huesca, en el que estuvo contratada cinco meses, está intentando prepararse unas posibles oposiciones y ganar puntos. "Los libros de jardinería que necesito para el curso que estoy haciendo prefiero sacarlos de la biblioteca que comprármelos, y para leer por placer también tiro del carné de socia", explicaba a las puertas de la Bilioteca de Aragón. Es una de las cerca de 2.500 personas que cada día pasan por estas instalaciones.

La prueba está también en las estadísticas. El número de personas con carné único de socio de la red de bibliotecas de Aragón, conformada por 85 municipales y 16 especializadas de la Comunidad, ha aumentado un 19% desde 2007. El subidón es todavía mayor en los préstamos, con un crecimiento en este mismo periodo de un 38%.

La coordinadora de la red, Rosario Collell, reconoce que la crisis ha influido en este auge, aunque también lo atribuye a los esfuerzos que se vienen realizando para atender la demanda de nuevos servicios, ampliar los digitales y contar con las últimas novedades editoriales. En la Biblioteca de Aragón no existen puestos específicos para búsqueda de empleo por internet, pero los 32 ordenadores que hay en la segunda planta "se utilizan para todo, por supuesto no hay un histórico de consultas por el tema de la privacidad, pero sí hemos detectado que cada vez hay más gente que consulta páginas de empleo, envía currículos...", comenta Rosario Collell.

Las bibliotecas son una institución cuya actividad debe adecuarse al contexto, a las necesidades comunitarias y las de sus lectores. En este sentido, la coordinadora de la red de bibliotecas públicas apunta que en esta época de restricciones económicas sí existe entre los profesionales "una preocupación por ver lo que se puede hacer, por desarrollar más la imaginación y reflexionar sobre qué servicios sería viable incorporar para mejorar las prestaciones".

Las 23 bibliotecas municipales de Zaragoza, ubicadas en los barrios y distritos de la ciudad, son otro claro ejemplo de esta tendencia. Hasta septiembre de este año se han contabilizado ya 459.151 préstamos, y se espera, según fuentes del Ayuntamiento, un "incremento sensible, producido no solo por la crisis, sino por la confluencia de otras variables". Entre estas circunstancias que contribuyen hay que recordar la inauguración de la biblioteca Cubit, en la antigua azucarera del Arrabal, a principios de verano, y la reapertura de aquellas cerradas mientras se remodelaban con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL), como las de Valdefierro, Torrero y Delicias, entre otras.

Otro servicio que ha visto crecer sus adeptos es el de alquiler de libros, una experiencia que Video Ocio puso en marcha de forma pionera en la capital aragonesa. En estos momentos cuenta con alrededor de 150 clientes que se han sumado a esta práctica. "Hemos percibido una mayor afluencia de gente -dice Cristina Ripalda, responsable de la tienda -,y sobre todo un público más selectivo a la hora de estar pendiente de las últimas novedades que salen al mercado". Su éxito radica en unos precios que reducen el gasto de adquirir un ejemplar nuevo. Funciona una tarifa plana de 9,95 euros mensuales (todos los libros que se quieran). Así, a una media de de 2 o 3 novelas al mes, y hasta 4 o 5 los grandes aficionados, las cuentas están claras.