La guitarra intimista del escocés Ally Kerr, por la tarde, y las intervenciones hasta la madrugada de cuatro de las bandas estrella del festival -Marcus Doo & Secret Family, The Loves, Odio París y Tamborines- cerraron ayer el Easy Pop Weekend en la localidad turolense de Andorra, una cita ya ineludible para los amantes de la música independiente.

Los sonidos de Ally Kerr lograron emocionar a un auditorio que abarrotó el teatro municipal. Para muchos, constituyó una oportunidad única de ver a este músico, que desde hacía muchos años no pisaba escenarios españoles.

El festival, que este año ha cumplido su novena edición, se mantiene en el calendario contra viento y marea, a pesar del escaso apoyo que recibe, gracias a la dedicación de los organizadores, y al deseo de ofrecer un cartel único y "diferente al del resto de festivales que ocupan el panorama festivalero español", según señaló su director, Jesús Legua.

Este año, por ejemplo, ha sido posible asistir a conciertos de bandas que nunca antes habían pisado este país, como The Foxes o los finlandeses Bye Bye Bicycle, que demostraron ser "unos auténticos showmen, y que lograron que el público arrancara a bailar", explicó Legua. Los británicos The Loves, con diez músicos en el escenario, o los brasileños Tamborines, asentados en Londres, pusieron ayer el broche de oro a este festival.

El Easy Pop Weekend va incorporando en cada convocatoria nuevos alicientes, sobre todo con la presencia de bandas inéditas que atraen hasta Andorra a fieles seguidores de la música alternativa. "Ha venido gente de Andalucía, de Madrid o del norte; son aficionados que acuden al festival cada año, en una cita fija. Muchos ya nos conocemos", indicaba Jesús Legua.

Las actuaciones principales han estado arropadas por una serie de actos, como la música de DJ o las fiestas-cócteles en diferentes pubs de la localidad, que han permitido que las calles de Andorra hayan recibido decenas de paseantes. No han faltado tampoco exposiciones, como la de los vinilos de Radio Moncayo.