ARTE

El Museo del Prado presume de sus Rubens

Una extensa exposición de obras de Rubens adorna los pasillos del Prado, redescubriendo la obra del pintor con cuadros que llevaban más de una década alejados del público.

'El rapto de Europa', 'Adam y Eva' y 'Retrato ecuestre de Felipe II' presentes en la exposición de Rubens, en el museo del Prado
El Museo del Prado presume de sus Rubens
EFE

Como si se tratara de un gabinete real o de una instalación contemporánea, el Museo del Prado exhibe su colección de noventa obras de Rubens en un especial montaje que permite una mirada renovada sobre el artista flamenco.


En una sucesión cronológica y en secuencia casi fílmica, los cuadros de Rubens y su taller que se conservan en el Prado han sido colgados uno junto al otro, de forma que recuerda a la continuidad de la obra en los antiguos gabinetes, invitando al visitante a sumergirse en el universo del pintor del que se reivindica su talento y su fuerza.


El inicio de las obras de acondicionamiento de las salas del museo, donde se muestra la obra del artista, ha permitido organizar esta exhibición de pintura que ha coincido en el tiempo con la presentación del documental 'Rubens. El espectáculo de la vida'.


Realizado por Miguel Ángel Trujillo bajo la dirección científica de Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Prado, el documental ofrece un acercamiento a la carrera artística y a la obra pictórica de Rubens (Siegen,1577-Amberes,1640).


La importante colección que el Prado conserva del pintor flamenco no se entiende "sin la elevada pasión monárquica por la obra del autor de obras que hablan de vida, muerte, amor, pasión", comentó el director del museo, Miguel Zugaza, para quien el montaje planteado por Vergara introduce al visitante en un mundo mítico que nos cuesta reconocer.

Una exposición para despertar conciencias

El objetivo de la muestra, que se puede definir como instalación, almacén, gabinete o retrospectiva según Zugaza, "es despertar la conciencia del visitante sobre la importancia de Rubens en la historia que relata el Museo del Prado y llamar la atención sobre el artista".


La sucesión de las noventa pinturas, veinte de las cuales llevan una década sin mostrarse al público, "sitúa al espectador andando sobre una cuerda floja, solo ante Rubens. Este especial montaje es un reto para el museo pero queremos que lo sea también para el visitante", en su voluntad por actualizar el interés por Rubens.


Vergara insistió en que los cuadros han sido colgados con la intención "de volver a dirigir la mirada, de mirar de forma diferente" la obra del artista flamenco que se plantea de una manera "menos cocinada de lo habitual, dando más libertad al visitante, sin dirigirlo".


Este planteamiento es "revelador de cosas nuevas", según el conservador, para quien la sucesión de las obras permite descubrir a un Rubens coreógrafo, musical, dinámico, con pinturas que enlazan unas con otras. "Se pueden descubrir muchas cosas que hacen que surja un conocimiento diferente de Rubens".


Desde el artista formal, casi escultórico, rotundo y contundente de la primera época hasta el pintor en que la figura se diluye y cobra una dimensión enorme lo poético, "la sensibilidad y retórica de Rubens se piensa que es de otro tiempo", según Vergara.

Su mayor colección

Artista prolífico del que se conservan 1.500 cuadros, la del Prado es la mayor y una de las mejores colecciones de Rubens en el mundo. Por ello, el recorrido permite apreciar la evolución de su estilo y su forma de abordar las grandes obras.


En la primera sala se descubre al artista que quiere transmitir el poderío de las formas y su fuerza expresiva, en pinturas como 'Lucha de San Jorge y el dragón'. En este espacio se muestra también la serie del Apostolado o el 'Retrato ecuestre del Duque de Lerma'.


La serie de la Torre de la Parada, que por primera vez después de más de una década se muestra completa, ocupa parte de la segunda sala. Ésta fue encargada por Felipe IV para el pabellón de caza de los montes del Pardo.


Este espacio, con obras como 'Las tres gracias', 'Diana y Calisto', 'El jardín del amor' o 'Danza de aldeanos', refleja cómo el artista se volcó en la última etapa de su carrera en la potencia narrativa de los cuadros y en transmitir su contenido poético.


Dentro de dos meses y medio, las pinturas de Rubens volverán a los espacios reformados de la Galería Central del Prado, a la sala 16 B y a las salas de la segunda planta en las que se mostrará la pintura flamenca.