Son un montón de gente, pero en estos primeros pasos promocionales del álbum 'Corriente vital' andan cuatro miembros del grupo. Dos de ellos, Marina y Maxwell, se patearon ayer el barrio de El Gancho antes de ir a tocar un acústico en Fnac Plaza de España, en una actuación que registró un lleno hasta el mástil de la bandera más cercana. Ojos de Brujo se marcha al cumplir 10 años de carrera: la flor en sus muñecas aún no está negra, y no descartan que vuelva a encarnarse (como en 'La fuga de Logan', el clásico de William F. Nolan, aunque sin el punto luctuoso), pero por ahora el estado del asunto es un "ya se verá". En el disco, compañeros de postín: Drexler, Amaral, Manolo García, Najwa, Bebe...

"Nos hemos puesto una fecha como referencia -comenta Maxwell- para coger una nueva perspectiva: final del 2011. Ojos de Brujo tiene mucha fuerza, pero es momento de parar. De celebrar primero y de parar después, para perseguir otras ilusiones".

Marina, la emblemática vocalista, echa la mirada atrás. "Nuestra vida desapareció, a cambio de vivir cosas increíbles y alcanzar sueños que parecían imposibles. Con la oficina y el sello nos buscamos en su día la vida para gestionar nuestra música, fue un medio más que un fin. Queríamos tener siempre la mano encima del máster del disco, ya sabes. Pero tampoco nos apetecía ser empresarios, por eso buscamos apoyos para la parte no musical del negocio, ahora con Warner. En Ojos de Brujo todo el mundo es muy inquieto, quiere hacer muchas cosas, así que cuando paremos seremos como gremlins, todos multiplicándonos en muchas ilusiones".

Desde Barcelona, los miembros del grupo mantienen la mirada atenta a lo que se cuece: Marina habla de varios colegas con entusiasmo. "Me encanta la cantante de Las Migas, ha crecido de una manera increíble. Y un grupo catalán que se llama D'Callaos. Y el Tote King está que se sale, y me encanta lo que han hecho los Violadores del Verso con Soziedad Alkohólika, lo que prepara Migue de Elbicho... hay tanta música que no acabaría nunca".