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Cócteles: tragos de moda contra la crisis

Las cifras cantan: el consumo de alcohol en bares ha bajado un ocho por ciento mientras crece el que se compra en supermercados. Las multinacionales del sector buscan alternativas y el cóctel llega al rescate.

Vibrant. Lleva  ginseng, fruta de la pasión, lima, azúcar, güisqui y un toque de licor blue curaçao.
Cócteles: tragos de moda contra la crisis

"Qué conversación se puede entablar en torno a un combinado de güisqui?". La pregunta retórica se la hace Javier Ortín, experto coctelero. Apostado tras la barra, defiende el aura del cóctel, un trago especial que invita a la charla y a la confidencia con el 'barman'. Su elaboración es todo un arte y un pequeño espectáculo para el que lo contempla. "A la hora de preparar un buen cóctel, hay dos reglas fundamentales: respetar las proporciones y conocer al cliente", resume Ortín, quien da fe de que estas imaginativas mezclas están ahora más en boga que nunca. Solo en Estados Unidos, la coctelería supone ya el 25% de la facturación de bebidas espirituosas. En Europa, el fenómeno es aún incipiente y representa un 8% de la cuota de mercado.

"Hace años, en las películas americanas, cuando se retrataba un ambiente sofisticado o 'chic' salía alguien bebiendo vino, ahora es un cóctel", cuentan en Diageo, el mayor fabricante de bebidas espirituosas del mundo.

Desde James Bond y su "agitado, no revuelto" al famoso local Chicote de Madrid, el cóctel siempre ha estado rodeado de un aire de glamur. Ahora, series como 'Mad Men', ambientada en una agencia publicitaria en los años 60, y, sobre todo, 'Sexo en Nuevo York' han contribuido de manera definitiva a elevarlo a la categoría de 'cool'. "Jamás había servido tantos Cosmopolitan como ahora", dice Javier Ortín, en referencia al combinado que beben habitualmente Sarah Jessica Parker y sus amigas.

Atención, porque el éxito del cóctel, más allá de lo que supone una moda pasajera, puede erigirse en una de las tablas de salvación de la industria del alcohol, a la que la crisis también está salpicando.

La tendencia es negocio

El cóctel es tendencia y la tendencia se traduce frecuentemente en negocio. La multinacional Diageo ha detectado una bajada del 8% en el consumo de sus productos en los establecimientos hosteleros. Solamente de J&B, una de sus marcas -posee otras como José Cuervo, Cacique o Johnny Walker-, las ventas han disminuido en España un 10%. Paralelamente, la de sus alcoholes en supermercados ha crecido este año en esa misma proporción. Sumando las dos variables -el consumo en casa y la moda del cóctel- da como resultado el 'cóctel ready to serve' (listo para servir), la más reciente apuesta del gigante del alcohol en busca de nuevas alternativas de consumo.

Así, Diageo lanzó hace ahora un año un mojito embotellado. Acaba de presentar en sociedad el Manhattan, la última incorporación a una lista de cócteles ya preparados que incluyen también la caipirinha, el caipiroska y el Cosmopolitan.

Sin embargo, y a pesar del éxito de esta fórmula embotellada, en Diageo reconocen que no les interesa que el cliente "se quede en casa". Para ello, apuestan por un consumidor exigente y formado que, dicen, "no se conforme con un vaso de tubo y tres hielos".

Efectivamente, en muchas ocasiones la gente no solo renuncia a ir de copas por las estrecheces económicas, sino porque no está dispuesta a pagar por lo que no lo vale. Y ahí es donde el cóctel puede marcar la diferencia. Sobre todo, en países como España, donde aún es un gran desconocido.

Clientes confusos

"El cliente llega generalmente confuso -explica Javier Ortín, que sirve cócteles los fines de semana en el bar El Ángel Azul de Zaragoza-. Creen que la bebida les va a resultar muy dulce, o muy fuerte. Pero en el mundo del cóctel, de lo que se trata es de personalizar. Yo suelo empezar preguntando al cliente qué tipo de bebida le gusta, qué suele tomar...". Así, la elaboración del trago se convierte en una experiencia compartida: "A menudo surge la conversación, yo suelo hablar del cóctel, de lo que voy haciendo...". Momentos como el descrito explican por qué Ortín no es muy partidario de la fórmula 'ready to serve': "Hay cócteles que llevan una corteza calentada que es flambeada ante el cliente, eso no es posible con una bebida ya embotellada", dice mientras se lamenta de que los cócteles son "fácilmente destrozados en muchos bares".

En cuanto a los más exitosos del momento, Ortín destaca el mojito y el Cosmopolitan, pero recuerda que existe un cóctel para cada momento: los hay aperitivos, digestivos, refrescantes, naturales, también frapés, con el hielo pilé...