Lazos de sangre | Ángel Fernández

Una memoria aún más amarga

Ángel Fernández analiza los inicios de la Guerra Civil en la ciudada.

La portada de Lazos de sangre
Una memoria aún más amarga

HISTORIA DE ARAGONLazos de sangre

‘Los apoyos sociales a la sublevación militar en Zaragoza. La Junta Recaudatoria Civil (1936-1939). Ángel Alcalde Fernández. IFC. Zaragoza, 2010.



Lejos de constituir un territorio agotado y perfectamente delimitado, la Guerra Civil española continúa abierta a exploraciones y perspectivas no sólo novedosas y relevantes, sino sencillamente imprescindibles para que un día podamos contar con una completa panorámica del principal acontecimiento de nuestro siglo pasado.


Una de estas aportaciones ha venido de la mano de Ángel Alcalde, investigador formado en la Universidad de Zaragoza y actualmente becario del Gobierno de Aragón en la Residencia de Estudiantes, que se ha adentrado en una cuestión espinosa y relativamente desconocida como es la de los apoyos sociales recibidos por el bando nacionalista durante el conflicto.


La obra se centra en la ciudad de Zaragoza, concretamente en una institución puesta en marcha por los sublevados para canalizar las contribuciones de sus partidarios, la Junta Recaudatoria Civil. A pesar de esta naturaleza en apariencia muy especializada, el texto resulta interesante para el gran público por, al menos, un doble motivo. En primer lugar, por la propia importancia del caso zaragozano, pues no en vano la ciudad fue –junto a Sevilla– la principal capital de provincia controlada desde un principio por los nacionalistas, lo que la convirtió en un referente fundamental para la gestión de su retaguardia, así como, una vez alejada del frente, en laboratorio de lo que sería la dictadura franquista. En segundo lugar, porque el autor ha tomado su objeto de estudio como instrumento para reflejar una realidad más amplia.


Así, a través de la actividad de la Junta nos asomamos al modo en que las autoridades restauraron su particular orden social, articularon sus medidas represivas, aseguraron el control del grueso de la población y financiaron su esfuerzo de guerra, al tiempo que se nos descubre toda una serie de tipologías y perfiles de los actores implicados en dichos procesos. Si el apoyo de las fuerzas del orden fue decisivo para que la ciudadanía detuviera el golpe militar en ciudades como Madrid y Barcelona, el presente trabajo ofrece el reverso del relato al demostrar que el concurso de los civiles no lo fue menos para que la sublevación triunfara en localidades como Zaragoza.


Los golpistas supieron movilizar y fidelizar a sus simpatizantes, incluso fueron ampliando su base ya fuera por interés, por oportunismo, por la amenaza de verse excluido o por esos lazos que dan título al libro, forjados como consecuencia de la vivencia compartida y cotidiana de la experiencia bélica, perpetuada en la posguerra mediante la glorificación de la figura del ex-combatiente, temática hacia la que parecen encaminarse futuras investigaciones del autor.


Habría sido conveniente profundizar en el marco teórico y el esfuerzo comparativo con otras ciudades españolas.

Se trata, no obstante, de precisiones de carácter menor a una obra de gran solidez argumental y amena lectura, en especial para el lector aragonés, capaz de identificar sin problemas referencias y paisajes urbanos y humanos, circunstancia reforzada por la inclusión de un completo anexo fotográfico y documental.