¿Qué hace una diseñadora como Purificación García metida a mecenas de la fotografía contemporánea? El concurso que lleva su nombre surgió tras el éxito de las campañas publicitarias de la marca realizadas en 1998 con Chema Madoz, un reconocido fotógrafo que forma parte del jurado del certamen. Sus imágenes, novedosas en la moda, sedujeron y surgió esta peculiar alianza.

Además, como explicó ayer la propia Purificación García en Zaragoza, "no quería quedarme solo con hacer vestidos, zapatos y bolsos". Los comienzos estuvieron lejos del coser y cantar: "Los medios culturales no nos daban crédito y a los de moda no les interesábamos, pero poco a poco hemos ido posicionándonos". De hecho hoy, con ocho ediciones en la mochila, se trata de uno de los certámenes más prestigiosos y mejor dotados económicamente, con premios de 15.000, 12.000 y 10.000 euros. A partir ahora pasará a convocarse de manera bienal.

Por primera vez los trabajos premiados y seleccionados se exhiben en la capital aragonesa. Desde ayer y hasta el 15 de julio en las paredes de la sala Luis Buñuel del Paraninfo cuelga una selección de 25 obras, algunas de ellas series, finalistas entre las 476 presentadas por artistas de España y Portugal. En la muestra se incluyen dos piezas de fotógrafos de Zaragoza, una del tándem formado por Javier Almalé y Jesús Bondía y otra del profesor de Empresariales de la Universidad de Zaragoza, Ramón Moreno.

El recorrido por las imágenes nos acerca a las últimas tendencias visuales y a diferentes aproximaciones a este arte. Temáticas y técnicas de los más variado, ya que la única limitación es el tamaño, de un mínimo de 80 x 80 centímetros y un máximo de 2,5 metros en uno de los lados. Abundan los paisajes y los interiores abandonados y en ruinas.

El itinerario puede comenzar por la pieza premiada 'Público incondicional' de Javier Núñez Gasco. Una foto "con trampa", como se refiere a ella la responsable de actividades culturales de Purificación García, Rosana Agrelo. El actor, con la complicidad de su madre, capta al auditorio que acude a un teatro de Lisboa al comienzo de la función. La relajación y el estatismo del público que espera que se suba el telón contrasta con esa única mujer que se pone en pie.

El tríptico de Paul Klee, segundo galardón, nos transporta al Berlín de la película de Win Wenders. Mientras, el 'Small dreams', de Aleix Plademunt y tercer clasificado, hace su lectura del sueño americano de las tres M (Michael Jackson, McDonalds y Micky).

El zaragozano Ramón Moreno busca una historia en una sala en ruinas en la que ha colgado dos cuadros nuevos. El dúo Almalé-Bondía basa su proyecto en una intervención en el paisaje a base de espejos que reflejan el otro lado del bosque. Uno de los pocos retratos es la limpia y precisa 'Naturaleza muerta', de Rafa Sendí, que nos obliga a mirar dos veces para comprobar que se trata de un maniquí. Los límites de la realidad se difuminan. ¿Existió esa inundación de la sala palaciega que nos muestra 'El juicio de los justos'?