5º ASALTO

Pintura fresca

Zaragoza huele estos días a spray. Veinte proyectos de arte urbano se están desarrollando este fin de semana.

Malakai y Confusion+ 'redecoran' la plaza de Ecce Homo.
Pintura fresca
LAURA URANGA

"¡Hello, my name is 5º Asalto!". El festival de arte urbano se presenta con una sencilla pegatina en su epicentro organizativo, la plaza de Ecce Hommo, aunque sus tentáculos de pintura se extienden por decenas de callejas y medianeras del Casco Histórico zaragozano. Encontrarlos es como jugar a un juego de pistas: coges un folleto y trazas un recorrido que una los puntos morados marcados en el mapa. O bien, sigues el olor de la pintura y el 'psss-psss' de los aerosoles. Mmmm, aquí huele a grafiti. Y justo, al volver la esquina, en la calle de Estébanes, te encuentras con Stan, o lo que es lo mismo, Scheme y sus tipografías, que se despliegan sobre el muro pero caben todas en un spray. No es tan fácil encontrar a 310Squad, también moscovita. Trabaja con rapidez pero no porque se imponga un programa estajanovista: su secreto está en la plantilla de puntos con la que da a sus murales ese aire 'pop art' que está llegando hasta la calle de Libertad.


Un poquito más les está costando a los madrileños Boa Mistura completar el mural de la calle de Santiago: con unos 15 metros de altura, es con diferencia una de las intervenciones más grandes del festival. Cuentan Rubén y Pablo que han querido reflejar cómo la tecnología es la nueva religión, mientras su cámara, clic, clic, no deja de disparar a intervalos de 30 segundos para documentar todo el proceso. Aunque, oficialmente, esa es la tarea de Brazo de Hierro, que no es un boxeador sino un grafitero y fotógrafo que por encargo de Asalto Producciones está poniéndole a los artistas una cara -o espalda, ya que algunos grafiteros hacen 'bombing', es decir, pintadas rápidas y a veces ilegales, y no quieren hacer público su rostro-. Cada noche sube su trabajo a la web oficial del encuentro.


Sí, encuentro, porque, como explica Chikita al pie de su mural en proceso en el 'no-solar' del Coso bajo, "los artistas comemos juntos, cenamos juntos… algunos nos conocíamos y otros no", y el festival propicia amistades e intercambios artísticos, o reencuentros. Algo de esto se irá en las cámaras fotográficas y en las agendas de los participantes, y algo quedará, por supuesto, aunque tenga vocación efímera y nuevos edificios vengan para tapar medianeras y con ellas, obras de arte. ¿No da pena? "Es bueno perder el ego y es bueno desprenderte de tu propia obra", opina Laguna, artista de Ciudad Real que está construyendo, junto a Skount, unos inquietantes personajes también en el Coso.


Pero habrá cosas que se queden, como los animales que pinta el prestigioso Roa, que aboceta en una cuartilla el pez que estampará con su firma en la medianera de la calle de Atarés, mientras Sergio, uno de los organizadores del Asalto, cuenta que su intención es "llenar la ciudad de cosas" y hace una invitación a todos el que se haya leído estos 2.500 caracteres (y a quien no, también): que se pasen por la plaza de Ecce Homo mañana y pasado a ver la proyección con la que el colectivo Human Beans y su tecnología de 'mapping projection' devolverá la vida a la Imprenta Blasco, o a ver cómo trabaja el robot Facadeprinter, o la performance en la churrería de la calle Manifestación convertida en una "tienda para niños malos" por los franceses 100Pression. Y aún quedan algunas pistas sin destapar. Sigan el olor de la pintura fresca.