El prorcurador de Judea | Eugene Pickering

James y France: dos maestros

El sello contraseña inicia su catálogo con dos grandes autores.

Portada de James Cisneros
James y France: dos maestros

El prorcurador de Judea

Anatole France. Trad. de Mª Teresa Gallego Urrutia. Contraseña. Zaragoza, 2010. 72 páginas.Eugene Pickering

Henry James. Trad. de Ismael Attrache. Contraseña. Zaragoza, 2010. 128 páginas.


Todo lo que sigue son buenas noticias: ha nacido en Zaragoza una editorial que, de espaldas a los imperios de la moda y de la novedad, se propone editar con pulcritud y sencillez (lo primero es casi imposible sin lo segundo) obras descatalogadas o inéditas en castellano de autores sobresalientes, y no sólo es una intención sino que, a la vista de sus dos primeros libros, lo ha conseguido de sobra, arrancando con dos pequeñas y deliciosas obras maestras perfectamente presentadas.


Todo está bien hecho en ‘El procurador de Judea’: el cuento de Anatole France, el posfacio de Leonardo Sciascia, el prólogo de Ignacio Martínez de Pisón y la cubierta de Alberto Aragón, así como la decisión de reproducir las ilustraciones con las que Eugène Gresset enriqueció la edición de 1902. Y la aparición de ‘Eugene Pickering’ confirma las expectativas: la ‘nouvelle’ de Henry James es una joya, y sale ahora decorada con dibujos de Jesús Cisneros y precedida de un buen prólogo de Vicente Molina Foix, que, como casi todos los prólogos que en el mundo han sido, debería ser un epílogo, una glosa que colocar al final del volumen.

La importancia del final

Ambas narraciones constituyen gozosas conquistas de la inteligencia y del estilo, ambas son penetrantes y redondas, ambas contienen diálogos magistrales. Si France, al tener entre manos un cuento, juega con la sorpresa y no importa en absoluto que ésta resulte un tanto previsible, pues lo que busca el autor no es la conmoción final sino las impagables reflexiones previas (cuando oímos el nombre de Poncio Pilatos todos pensamos inmediatamente en lo mismo, algo que France sabía y utilizó hábilmente para hablar exactamente de eso sin apenas hablar de eso...), James teje un relato menos abstracto pero igualmente sofisticado, sabio y aleccionador a través de dos personajes retratados con tal concisa nitidez que, como destaca Molina Foix, se subraya la misteriosa indeterminación del narrador, aunque esté implicadísimo en los sucesos.

La paradoja: el anciano y el joven

El anciano Pilatos y su confidente Lamia conversan sobre el pasado (y, por tanto, sobre la culpa, lamentando –con rencor extremo hacia los judíos– lo que no se supo hacer mejor), mientras que el joven e inocente Pickering, recién salido de veintisiete años de sometimiento a la severa e hiperprotectora tutela del padre, vive con un desbocado apetito de porvenir y de experiencias, lo cual le lleva a precipitarse en cada paso que da y a fascinarse ante todo lo que encuentra, aunque vive atado a una agobiante promesa con la que su progenitor sigue mutilándole desde ultratumba.


Si la extensión del cuento de Anatole France es la ajustada y necesaria, se lamenta que el texto de James (publicado en 1874 en la revista ‘Atlantic Monthly’) no sea prolongue algo más, pues, antes del impecable y elegantísimo desenlace, uno se queda con ganas de saber más detalles sabrosos, de conocer mejor a ese joven temerariamente enamorado (según su observador, “hay algo doloroso en el espectáculo de un embeleso absoluto, aunque su causa sea excelente”), a esa altiva mujer que “nunca ha hecho daño a nadie de manera literal”..., a ese coronel convencido de que “una mujer es suficientemente inteligente cuando podía adivinar los deseos del marido y suficientemente instruida cuando podía leerle los periódicos” o, por supuesto, a ese irónico narrador, un norteamericano tan rotundamente europeo como su propio creador. Pero dejar con ganas de más es, en cierto modo, uno de los retos (y las obligaciones) de un escritor.

El buen inicio

‘El procurador de Judea’ y ‘Eugene Pickering’ suponen, en fin, dos impecables tarjetas de presentación para la editorial Contraseña, que ya ha conseguido también despertar ganas de más. Pronto, según anuncian, llegarán nuevos títulos de Contraseña, nuevos volúmenes, nuevas lecturas. Si se parecen a estas dos primeras, las buenas noticias no habrán acabado aquí.