Cine y gastronomía

Cómo disfrutar de una película con el paladar

Las palomitas no son el único alimento con el que se puede acompañar una película. Cine y gastronomía han ido de la mano desde las primeras proyecciones. Lo que come un personaje ppuede definirle tanto como sus gestos o su diálogo.

La película Estómago muestra como la cocina ayuda a subir en la escala social
La película Estómago muestra como la cocina ayuda a subir en la escala social


"La tercera o cuarta proyección de los hermanos Lumière fue la primera película gastronómica de la historia", afirma José María Martínez Urtasun, director de Gastro Aragón, critíco de cine, y coordinador de la jornada Cine y Gastronomía del Festival Internacional de Huesca. La proyección se llamaba "El desayuno del bebé" y unió la gastronomía al séptimo arte para el resto de sus vidas.


Lo que comen los personajes de una película, les define. Según Urtasun, los alimentos que ingiera el protagonista de una película son tan determinantes de su carácter como sus gestos o diálogos. “Esto se utiliza, sobre todo en el cine europeo”, explica, y rememora esas películas de mafiosos italianos donde siempre comen en restaurantes elegantes para compararlas con las de gángsters irlandeses, en las que los pubs y la cerveza juegan un papel fundamental.


Para reflexionar sobre la importancia de la gastronomía en la gran pantalla, el Festival de Cine de Huesca decidió proyectar

este año el filme brasileño “Estómago”, de Marcos Jorge. Un largometraje en el que se muestra cómo el placer de comer es uno de los principales motores de la humanidad.


Tras la proyección, sel restaurante Las Torres de la ciudad preparó una cena basada en los alimentos que aparecían durante la película. Rafa Abadía, gerente y propietario del establecimiento, explicó que el menú se había dividido en dos bloques. En primer lugar se sirvieron unos aperitivos basados en las primeras andanzas culinarias del protagonista. Hubo empanadilla, coxinha (una bola de patata con un poco de picante), guisado de gallina con arroz y leche de coco, estofado de ternera con papas y romero y un entrante muy especial creado a base de un plato que el protagonista elabora con hormigas.


En segundo lugar se ofreció carpaccio de ternera al estilo Nonato Navajas, protagonista del largometraje, y macarrones a la putanesca. De pescado se ofreció corvino asado con brócoli y puré de papa, y de carne se sacó cochinillo asado con judías verdes y zanahoria. Tal y como aparecían en la película. Sin embargo, el único plato en el que se sigió exactamente fielmente la receta de la películafue en el  postre, llamado “Anita y Garibaldi”. “Consiste en un queso gorgonzola con una suerte de membrillo de guayaba y un toque de miel”, indicó Abadía. Todo regado con un vino blanco italiano.


Este año, la jornada gastronómica del festival estuvo marcada por el recuerdo a Alberto Sánchez Millán, uno de sus principales impulsores. Como homenaje póstumo, Jesús Solanas, vicepresidente de la Asociación de Sumilleres de Aragón y director y sumiller del restaurante Aragonia, creó un cóctel homenaje: el Albertoni. Una mezcla a partes igual de bitter Campari, Vermoutj Noilly Prat original y Agua de Manantial con licor de ginebra y Cremant de Bourgongne Brut.