Los socios del club Integra Aragón, que acoge a personas con discapacidad, llegaron ayer al Museo Ibercaja Camón Aznar con unas nociones de pintura y protocolo bien presentes. Los responsables de las instalaciones les habían invitado a participar en la iniciativa 'Don Francisco, tenemos visita', organizada con motivo del Día Internacional de los Museos. Una jornada de puertas abiertas en la que los museos de las principales ciudades y pueblos de Aragón aprovecharon para presentar nuevas exposiciones y organizar actividades didácticas encaminadas a conocer un poco mejor la dinámica de estos espacios y a atraer a nuevos públicos.

En el Camón Aznar, la propuesta era descubrir al genio de Fuendetodos y, de paso, adentrarse en el funcionamiento interno del museo de una manera amena. Eso fue lo que hizo Pepa Enríquez, monitora de las instalaciones, cuando nada más entrar el grupo de Integra Aragón les mandó buscar a Goya por todos los rincones. Su propósito era que se dieran cuenta no solo del valor de las obras que se exponen, sino del trabajo que hacen muchas personas, como los conservadores, que son quienes eligen, entre otras cosas, dónde se ubican los cuadros.

La búsqueda concluyó en la segunda planta del museo, cuando los visitantes se encontraron con uno de sus retratos más conocidos, el de la reina María Luisa de Parma a la que, entre risas, saludaron con una oportuna reverencia.

A su lado se encontraba Goya, o mejor dicho un autorretrato suyo fechado en 1775 que les llamó la atención por lo "joven" que parecía. "Podíamos llamarle Paco o Francho, porque don Francisco no le pega nada", comentaba Rosario, impresionada por la enigmática mirada del general Félix de Azara. Este enorme óleo, fechado en 1805, no solo llamó la atención de los socios de Integra Aragón sino que también dejó "alucinados" a los alumnos de Atades y de los colegios Riviere y Piaget.

Y nada mejor para sentirse como en casa que meterse en la piel de un vigilante que controla las pinturas o de una turista que no para de hacer fotos. "Lo que queremos es que se den cuenta, de una forma didáctica, de por qué no se puede comer o fotografiar los cuadros", señaló Enríquez.

Entre foros y vajillas

Con la lección aprendida, se fueron a tomar un refresco justo frente al Museo del Foro Romano de Caesaraugusta, donde en ese mismo instante tenía lugar la inauguración oficial de la nueva exposición permanente del recinto. Tres enormes maquetas, una de ellas en relieve, permiten hacerse una idea aproximada de cómo era, en el siglo II d. C, el principal centro político, religioso y económico de la ciudad. En uno de los planos, se puede ver el espacio que ocuparía actualmente.

La ampliación incluye un audiovisual que recrea virtualmente el foro, con su plaza porticada, el templo, la basílica, la curia y una enorme estatua ecuestre que representa al emperador Tiberio y que es "una réplica exacta de una moneda de bronce acuñada en Caesaraugusta", indicó Carmen Aguarod, coordinadora de la muestra.

Ella fue la persona encargada ayer de recordar, con unas emotivas palabras, al arqueólogo Jesús Ángel Pérez, fallecido hace diez años y cuyas investigaciones fueron fundamentales para la reconstrucción del foro.

El mundo romano también fue el protagonista del día en Huesca. A su museo acudió la consejera de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón, Mª Victoria Broto. Allí, además de admirar la muestra 'La vajilla romana de terra sigillata', configurada por piezas de cerámica de los siglos I a.C. y II d. C., aprovechó la ocasión para destacar que los museos "no son solo una colección de obras, sino también espacios vivos en los que se puede aprender de manera divertida y reconocer nuestra historia".

Eso es lo que han querido hacer en el museo de Teruel, reconocer el trabajo y la historia de los artistas locales. Para ello, por primera vez en su historia, la institución dedica sus instalaciones a una gran muestra colectiva que reúne a 17 creadores nacidos o establecidos en la provincia.

'Desde la sombra. Una visión del arte turolense, hoy' es el título de esta muestra que recoge 35 obras realizadas en distintas técnicas y formatos. Trabajos que ponen de manifiesto el trabajo que llevan a cabo artistas turolenses, en ocasiones, "de una forma callada", tal y como señaló el comisario de la muestra, Ernesto Utrillas.

El único vínculo entre ellos es la relación que han mantenido en alguna ocasión con el museo, bien colaborando con actividades, bien involucrándose en sus proyectos. El listado de creadores es muy heterogéneo. Los hay consagrados, como Gonzalo Tena, pero también se incluyen otros cuyos trabajos no han tenido todavía la suficiente repercusión.